[Review] The Spirit of the Samurai

The Spirit of the Samurai es una propuesta interesante del estudio español Digital Mind, que se aventura en el mundo de los videojuegos con un título de acción 2D en stop-motion, algo que supo ser más común en los años 80-90. La historia nos pone en la piel de Takeshi, un samurái encargado de proteger su aldea de un demonio que, acompañado de un ejército de no muertos, amenaza con sembrar el caos en la Tierra.

La narrativa es, sin duda, el corazón de esta experiencia. Desde el inicio, se busca captar la atención con elementos de la cultura japonesa en su trama, como algunas referencias al shintoísmo, historias del inframundo y otros elementos tradicionales que se hacen presentes a lo largo del juego. Aunque la historia central es sencilla, se cuenta mediante cinemáticas breves pero bien al estilo cine, que ayudan a dar contexto a lo que está sucediendo con nuestro “plastilínico” personaje.

Además del propio Takeshi, vamos a controlar a Chisai, un gato que aporta mecánicas de sigilo, y un espíritu Kodama, que añade un poco de exploración. Esto trata de generar algo de dinámica a la historia, asi como conectar emocionalmente ciertos puntos de la trama.

Si entramos en el campo de lo visual, que debería ser lo más destacable teniendo en cuenta el trabajo más artesanal de producción, The Spirit of the Samurai deja una impresión mixta. Por un lado, el stop-motion tiene un encanto particular, que incluso fue lo que provocó nuestras ganas de probar el título. Las cinemáticas son el punto más alto en este aspecto, con un nivel destacable para el tipo de producción, pero sin embargo, la calidad no se mantiene de forma consistente durante el gameplay. Las animaciones de los personajes, como la transición entre caminar y saltar, o incluso detalles como el polvo levantándose en interiores, evidencian cierta falta de pulido. Esto, sumado a movimientos poco fluidos en ciertas ocasiones, resta impacto a lo que podría haber sido una experiencia visual más sólida.

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El diseño de los escenarios, en cambio, es otro punto a favor. A lo largo de las aproximadamente ocho horas que dura el juego, se presentan ambientes variados y distintivos que van desde aldeas tradicionales hasta templos del inframundo. Cada ubicación está decorada con elementos que reflejan la cultura japonesa, logrando crear una atmósfera envolvente.

Y es aquí donde The Spirit of the Samurai encuentra su mayor debilidad: la jugabilidad. Aunque el sistema de combate promete variedad con diferentes movimientos y combos configurables, en la práctica se siente muy duro y complicado. Los controles a menudo no responden con la precisión que se espera en un juego de acción, lo que puede sacarnos canas, especialmente en momentos clave como los enfrentamientos o los saltos. Los combates se reducen a una estrategia básica de bloquear y contraatacar, ya que los patrones de los enemigos son demasiado predecibles. Incluso los jefes, que deberían ser los puntos más desafiantes, carecen de la complejidad necesaria para ofrecer una experiencia emocionante.

El diseño de los enemigos tampoco ayuda a mejorar esta situación. Aunque existe una buena variedad (visualmente hablando), sus comportamientos son repetitivos y no representan un verdadero reto.

The Spirit of the Samurai es un título con fortaleza en su narrativa y un estilo visual como el stop-motion, pero que no termina de encantar cuando lo llevamos a los papeles. Por supuesto, hay que destacar su trabajo en honrar la cultura japonesa, pero sus problemas de jugabilidad y ciertos detalles técnicos impiden que alcance su verdadero potencial.