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| Plataforma: PC |
| Género: Puzzle | Estrategia |
| Desarrollador: Sleepy Mill Studio |
| Editor: The Arcade Crew |
| Fecha de lanzamiento: 5 de Mayo de 2025 |
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Precio: Steam $ ? |
| Idioma: Textos en Español |
A simple vista, Drop Duchy puede parecer una variante más del clásico Tetris, pero detrás de sus piezas familiares se esconde una experiencia mucho más compleja y original. Este título desarrollado por Sleepy Mill Studio y publicado por The Arcade Crew, mezcla mecánicas de puzzles, deck-building, elementos de estrategia y progresión tipo roguelike para ofrecer una propuesta diferente que me sorprendió desde el inicio.
En Drop Duchy, el objetivo no es eliminar líneas, sino avanzar en una cruzada para derrocar a los enemigos y construir un reino. Si bien lo interesante de cada partida que hagamos está en unir las fichas en forma de un tetromino, no se basa solo en eso, y tampoco en desaparecerlas al completar filas. Las filas que hagamos se mantienen y se transforman en terreno útil como bosques, ríos o llanuras, y de ellas se obtienen recursos esenciales como madera, trigo o piedra, por ejemplo. Estos recursos serán los que nos sirvan para mejorar nuestras estructuras armamentísticas y de recolección, que serán básicamente cartas. Esta mecánica cambia por completo el enfoque tradicional del género “tetris” que podíamos conocer y amar. Y la mejor parte, es que no lo cambia para mal, sino que lo potencia.
Cada partida inicia con un tablero estilo rol, donde nuestra pieza se movera por un circuito de nodos, cada uno de ellos siendo una batalla, un mercader, un almacen o un asedio a una fortaleza, entre otros. Tendremos la posibilidad de elegir caer en un casillero con una contienda o un lugar pacífico, siendo que en el primero reduciremos las tropas del jefe final, o en el segundo podremos recolectar recursos. Esta campaña nos permite elegir entre 3 facciones (aunque dos de ellas deben desbloquearse), para recorrer diferentes biomas en 3 etapas: una vez que vencemos dichas etapas, logramos la victoria, como si fuese una partida de Age of Empires.
Los edificios son fundamentales para la economía del juego. Elementos como molinos, granjas o aserraderos (que cada uno de ellos es una ficha que se suma a nuestro repertorio) deben colocarse estratégicamente junto a terrenos específicos para maximizar su producción. Por ejemplo, un aserradero rodeado de árboles generará madera con mayor eficacia, mientras que una granja puede transformar llanuras en campos cultivables, alterando por completo el ecosistema y afectando la sinergia con otras estructuras. Esta interacción entre los distintos tipos de terrenos y edificios fomenta una toma de decisiones constante.
Al iniciar una partida, tendremos la posibilidad de ver de manera general, qué cartas de terrenos habrá, y cuáles serán las de los enemigos (si es que hubiera). Así mismo podremos elegir hasta 8 cartas personalizadas que hayamos adquirido a lo largo de nuestro camino, al ganar una partida o visitar un mercado, por ejemplo. Entonces, así podremos armar un mazo con dichas cartas acordes al terreno y a los enemigos. Por ejemplo, si tenemos muchas cartas que reaccionan favorablemente a los bosques, usaremos esas si el 60% de los tetrominos serán de ese bioma. Por supuesto, no siempre saldrá como queremos porque el juego nunca nos dirá el orden en que vendrán las cartas, a excepción de las últimas 3. Este factor de estrategia es la vuelta de tuerca más importante y favorable que veo en Drop Duchy.
El combate es otro aspecto clave. Durante las partidas, obtenemos cartas de militares que representan unidades como espadachines, arqueros o guerreros pesados con hacha. Cada una tiene ventajas sobre otras en un sistema estilo piedra-papel-tijera, lo que exige considerar cuidadosamente donde vamos a ponerlas en el tablero. Lo favorable aquí es que absolutamente todas las cartas (incluyendo los arsenales enemigos) son dispuestas en juego por nosotros, lo que hace que busquemos el orden correcto que nos sirva, sin afectar a la partida. En varios casos me pasó que olvidara el efecto de alguna ficha enemiga, y justo pusiera al lado algo que la favorece dando más soldados al enemigo.
Entre combates y etapas, a medida que vamos ganando, desbloqueamos la posibilidad de mejoras pasivas o nuevas cartas para el mazo, ampliando las posibilidades de construcción y de hacer estrategias. Esta mecánica de deckbuilding está limitada por la cantidad de espacios disponibles, como mencioné anteriormente, donde solo 8 pueden ser utilizadas. Algo interesante aquí es que en la medida que tenemos victorias o cumplimos misiones (algunas por facción, y otras generales), podemos subir en el árbol de desbloqueos y tener inmediatamente una repercusión sobre la partida, a diferencia de otros roguelikes donde hasta no iniciar una nueva estaremos atados de manos.
Separándose también de otros roguelikes, en Drop Duchy perder una batalla no significa el fin inmediato de la partida, ya que el juego permite seguir avanzando mientras se mantenga una cierta cantidad de salud general, la cual puede recuperarse usando oro, uno de los recursos que recolectamos al vencer al enemigo y quedarnos con tropas de sobra “vivas”, o al completar líneas y obtener recompensas especiales.
Drop Duchy logra un equilibrio interesante entre su complejidad estratégica y el atractivo de la propuesta. Las decisiones de construcción, la gestión de recursos y el enfrentamiento con enemigos se combinan muy bien para dar una sensación de que estamos jugando a algo viejo, pero renovado. Ojalá la propuesta siga avanzando al punto de tener modo multijugador.
