[Review] Assassin’s Creed Mirage

En el mundo de los videojuegos, pocas franquicias pueden jactarse de una longevidad y diversidad comparables a las de Assassin’s Creed. Desde su debut en 2007, la serie de Ubisoft ha llevado a los jugadores a través de épocas históricas, desde las cruzadas en el Medio Oriente hasta la Revolución Industrial en Londres, y desde la antigua Grecia hasta la mitológica tierra de los vikingos. Sin embargo, a medida que la saga se expandió, algunos comenzaron a sentir una desconexión con sus raíces. Assassin’s Creed Mirage, el último capítulo de la franquicia, se esfuerza por reconciliar esa brecha, ofreciendo un viaje nostálgico a las entrañas de lo que hizo que Assassin’s Creed fuera tan querido en primer lugar. La gran pregunta es ¿lo logró?.

Uno de los mayores aciertos de Assassin’s Creed Mirage es su excelente ambientación en la antigua ciudad de Bagdad durante el siglo IX. La atención al detalle es palpable: los callejones, los tejados interconectados y los mercados bulliciosos crean una sensación de autenticidad como si se tratara de nosotros mismos presentes en la época de oro de la civilización islámica. Esta decisión de volver a un escenario con este estilo urbano denso y complejo es un guiño a los primeros títulos de la serie (especialmente al primero), donde el parkour y el sigilo se fusionaron de manera natural.

Visualmente, Bagdad es espectacular. El nivel de detalle en los interiores, desde las alfombras hasta los azulejos está perfectamente diseñado; la ciudad y sus alrededores, que incluyen la impresionante Ciudad Redonda y los desiertos circundantes, crean un perfecto escenario para que tomemos el control de la acción que transcurre con nuestro protagonista.

Pasando por este punto altísimo en la producción de Ubisoft, entremos en los detalles de la trama y nuestro protagonista. Este último es Basim, un aprendiz de Asesino (u “Oculto” como podremos notar que mencionan en el título) que previamente jugará el papel de un ladrón que busca “tentar” la atención del culto y así ser aceptado para su entrenamiento. Si bien Basim tiene tintes de simpatía y carisma como el entrañable Ezio Auditore, por momentos tiene actitudes muy de niño caprichoso para lograr sus objetivos, que llegan a confundir si realmente busca ser un asesino con todo lo que eso conlleva, o simplemente está buscando una “familia” con la que refugiarse.

Como ya es costumbre, tendremos un prólogo bastante extenso que servirá de introducción para ver cómo ese bandido de pacotilla pasa a ser aceptado por el Credo y entrenado, hasta convertirse en un Oculto gracias al terrible (y sangriento) ritual de iniciación donde recibe su hoja oculta. Si bien es extenso, como mencioné, el prólogo actúa de tutorial “chicloso” para aquellos que ya conocemos lo suficiente la mecánica de la saga Assassin’s Creed. Es momento de hacerse otra buena pregunta, y es que luego de tantas entregas de la franquicia, ¿es necesario un tutorial?.

Continuando con la trama, deberemos “salvar” a Bagdad de una agrupación de malhechores con máscara dorada que esclaviza personas, trafica mercadería y encima posee objetos misteriosos que no mencionaremos en esta reseña. Digamos que los problemas que plantea no serían nada fuera de lo común para la saga ni el mundo actual. La trama de Assassin’s Creed Mirage puede no ser revolucionaria, pero tiene su encanto y luego de unas cuantas horas algunas de las fichas empiezan a caer.

Un detalle que suma importancia a todo este análisis es que el título iba a ser un contenido adicional para Assassin’s Creed Valhalla, y terminó siendo una entrega unitaria. Es decir, no solo el contenido es “acotado”, sino también redujeron su precio para que se acople a la longitud que posee. Esto termina inevitablemente limitando la perspectiva de comparación que podemos hacer con otros títulos anteriores, o al menos aquellos más cercanos, con tintes RPG que existieron, algo que no se ve aquí.

Al márgen de no tener toda la influencia RPG de sus antecesores (y que eso esté perfecto), tiene algunos acercamientos. El arsenal con el que contaremos serán diferentes accesorios como bombas de estruendo, cuchillos arrojadizos o dardos venenosos, entre otros, que nos facilitarán el trabajo. Cada una de estas herramientas deberán ser desbloqueadas con puntos de accesorio que obtendremos a medida que juguemos, y podrán recibir mejoras específicas, hasta 3 cada una. Esto último, sumado al arsenal de armas que iremos consiguiendo (que también se mejora hasta 3 veces) para la mano derecha (espada) y la izquierda (cuchillo), harán que Basim controle Bagdad como si fuera el rey.

Adicionalmente, contaremos con un árbol de habilidades distribuído en tres características principales: sigilo, pelea y visión de águila. No hay que ser muy astuto para imaginar hacia dónde se dirige cada rama de este árbol, pero básicamente las habilidades de sigilo mejoran qué acciones podemos tomar cuando eliminamos enemigos de esta forma, las de pelea si lo hacemos en un enfrentamiento, y finalmente las del águila mejoran a Endiku, nuestra mascota voladora (sí, vuelve un dron emplumado para ayudarnos a analizar antes de atacar).

El sigilo siempre ha sido el núcleo de Assassin’s Creed, y en Mirage, vemos un regreso a la forma clásica. Si bien las mecánicas de sigilo en sí mismas son bastante estándar, la verdadera magia radica en las posibilidades que tenemos de eliminar a los enemigos y cómo decidiremos hacerlo. Más allá de que podríamos ejemplificar con otras entregas de la saga, también podemos compararlo con Hitman, en donde varios caminos pueden llevarnos al mismo resultado. Cabe destacar que siempre, el camino de violentarse es posible, y las peleas bajo la mecánica de ataques ligeros, bloqueos, contraataques y cargados están bien efectuadas. En mi caso, que el sigilo suele inquietarme, más de una vez recurrí a realizar grandes peleas contra varios enemigos de forma de avanzar más rápido.

El parkour es otra de las piedras angulares de la serie, y Mirage lo trae de vuelta pero con algunas críticas que debo aclarar. Si bien los niveles están bien diseñados, en muchas ocasiones nos encontraremos con problemáticas que creí a esta instancia del partido ya estaban resueltas. La distribución por defecto de los controles para el parkour cambió siendo que con el analógico izquierdo corremos (como en la mayoría de los juegos) y con A o X, dependiendo el control, realizamos las acciones de saltar, escalar, etc. En muchas ocasiones (más de las que me gustaría decir), Basim parece sufrir de un delay al ejecutar cualquiera de estas acciones. Por ejemplo, correr parece ser algo casi imposible de deducir, porque presionando el analógico Basim parecer “amagar” y no hacerlo, obligándome a continuamente tener mi dedo sobre este analógico. En otros casos, apareció el viejo problema de chocar las paredes cuando queremos treparlas, o no poder bajar de una saliente porque nuestro personaje considera que es mejor entrar en un loop de bajo-subo-bajo.

Sin dudarlo, con la difícil tarea de hacer parkour, el viaje rápido entre atalayas va a ser la herramienta más amada. Inclusive van a preferir ir caminando / corriendo por el suelo antes que colgarse a los techos por miedo a entrar en una encrucijada de saltos imposibles de techo a techo.

Saltando al aspecto técnico, el juego no presenta grandes problemas más allá de lo ya conocido de Ubisoft, como algunos bugs leves donde desaparecen NPC, o lo horrendas que pueden ser las caras de los personajes, que parecen sacadas todas del mismo molde de juegos a mundo abierto. De todas formas, hay que aclarar que el título se probó en una Xbox Series X en modo Rendimiento, ya que en Calidad según informes el título tiene muchas caídas de FPS.

Por último, el contenido adicional que se puede encontrar está principalmente en los Contratos, que son misiones que podemos tomar de un tablón en nuestras guaridas, y los eventos históricos, que son misiones especiales en ciertas áreas del no-tan-extenso mapa de Bagdad. El resto serán coleccionables o pequeñas misiones rápidas aleatorias que iremos encontrando. Recordemos, un contenido ajustado a su precio. 

En conclusión, Assassin’s Creed Mirage se presenta como un regreso triunfal a las raíces de la saga, y si bien no es decepcionante y realmente quita del medio las “versiones RPG” con una duración exuberante, tampoco se siente mucho más allá que el DLC que originalmente iba a resultar. Podemos aplaudir la recreación ambiental que lograron y muchos aspectos mínimos, pero no podemos dejar de lado una trama por momentos predecible, con pocos aciertos en el gameplay y personajes descartables.