Hay ocasiones en las que el público no deja de solicitar nuevas funciones de ciertas obras en particular, y meritoriamente, eso sucede con “Lo que el río hace” desde su estreno original en 2022 en el Teatro San Martín. Luego de ir agotando todas las localidades de sus presentaciones y ser reconocida con más de diez nominaciones y premios, este mes hizo su anhelado regreso, en el Teatro Astros como el año pasado. Así que si no pudieron asistir antes porque no hacían a tiempo a adquirir las entradas, recomiendo que lo hagan ahora ya que es para aplaudirla de pie y aquí debajo les cuento un poquito por qué.

María y Paula Marull han creado una puesta con mucho ingenio y sensibilidad. Las artistas llevaron más allá de lo imaginado su hermandad y el hecho de ser gemelas, permitiéndose jugar con ello, y a la vez transmitiéndole a la audiencia una experiencia original, con momentos de risa y otros mucho más dramáticos. Pero este viaje de introspección no cuenta sólo con su presencia, sino que acompañando la propuesta hay un elenco igual de talentoso compuesto por William Prociuk, Mónica Raiola, Mariano Saborido y Débora Zanolli. Cada uno le aporta una esencia que aún volviendo a casa del teatro, es posible que sigamos pensando en algunas de sus frases.

Otro factor que suma indudablemente es el trabajo de iluminación y pantalla realizado. Llevar el río a la sala evidentemente era complicado, por lo que los técnicos vieron oportuno directamente transportarnos allí. Mediante una excelente puesta de luces y ambientación se percibe creíblemente el atardecer, la general calma del agua y hasta el pequeño instante de quietud al estar allí de noche. En otras escenas, la luz es utilizada como recurso para diferenciar dos situaciones unísonas, priorizando una con calidez.

Como les adelantaba, el guión es astuto y colabora mucho con la mecánica pensada para la obra. El texto contiene desde remates precisos para los momentos más de comedia, como diálogos que nos hacen empatizar automáticamente con los protagonistas. A su vez, hay partes recitadas que emocionan por cómo están interpretadas, además de considerar la memoria de recordar esas líneas.

En cuanto a la escenografía, se nota una organización importante ya que se plasman distintas locaciones con sus correspondientes objetos decorativos, y los personajes van rotando entre ellas. No quiero ahondar mucho en cómo está pautado, para no spoilearles, pero sí comentar que las entradas y salidas de los actores están bien sincronizadas. Lo mismo sucede con el movimiento del mobiliario y la utilería, pero aquí sí quisiera detenerme para destacar el cuidado con el se hacen esas intervenciones. En definitiva es el propio elenco que hace de tramoyistas y me pareció muy amable de su parte como al añadir o quitar algún artículo del escenario, siempre se volvían a ver a sus compañeros en escena para corroborar que se los haya dejado exactamente donde debía. Trabajo en equipo, totalmente.

Al comenzar les decía que es un espectáculo que recibió reconocimientos desde su debut y creo que es muy representativo y gráfico el nivel que la producción tiene, considerando que no sólo recibió estas menciones por las actuaciones, sino también por la música, el vestuario, la dirección, la autoría y otras aristas comentadas anteriormente en la reseña; demostrando que todos sus aspectos están muy cuidados y colaboran en la creación de esta historia.

Concluyendo, si les gusta el teatro quizás ya la vieron, pero si no, “Lo que el río hace” es una bella propuesta para ir a ver. Al leer su sinopsis ya se nos anticipa que nos compartirán un viaje con mucha emoción, pero una vez en el escenario los artistas develan un talento absoluto con el que nos ofrecen momentos para reírnos a carcajadas, lagrimear un poquito y otros para permanecer en completo silencio, atentos a qué ocurrirá. ¡Gran obra!

Las entradas pueden comprarse a través de Entrada Uno y/o de la boletería del Teatro. Las funciones son de Miércoles a Sábados a las 20 hs.