En cada anuncio de una generación de consolas de videojuegos, escucho gente que dice “me compro la xxxx porque sale xxxx juego”, y me pregunto “¿Por qué es necesario cerrarse ante todo lo que puede brindar una máquina, y querer únicamente UN juego?”. Si bien mi entendimiento de este concepto, aún no es completo, creo que encontré un acercamiento la respuesta al participar de esta frenética aventura con Aloy, mi pelirroja preferida.
Y es que sí, los videojuegos como Horizon: Zero Dawn, hacen que cualquiera, incluso el casual gamer, necesite tenerlo. Son íconos de las generaciones y mástiles en el camino hacia la perfección del gaming (¿no exageraste un poco?). No por innovación, sino por utilización correcta de lo ya existente. Y no miento cuando digo que HZD, NO INNOVA. Es que los muchachos de Guerrilla Games, luego de relucir con la saga Killzone, se dieron cuenta que estaban para más, y se tiraron a la pileta sin mojarse los pies demostrando que no es necesario hacer algo nuevo, sino saber encontrar la combinación perfecta de los elementos ya existentes.
Así es que podemos ver varias herramientas de otros videojuegos, como The Witcher 3 (la mecánica rolera de Aloy, e incluso la ambientación en algunos casos), Tomb Raider (las armas, los recursos y las fogatas), y hasta el Far Cry Primal de Ubisoft (la temática tribal). Pero hay algo que HZD tiene, y que Dios sabe es lo que diferencia el mundo de Aloy con el resto de los mencionados: FUC**NG DINOSAURIOS ROBOTICOS!. Recreaciones de diversos dinosaurios, en forma metálica! Podría empezar aquí mismo a describirlos, pero no, vamos a dejarlo para más adelante y adentrarnos en la historia de la pelirroja.
LA NIÑA MALDITA
No hacemos más que iniciar el juego, y como preludio al menú principal, nos muestran a un hombre llamado Rost junto a una pequeña bebé, transportandola a un sitio donde se encuentran las Matriarcas (así como los Caciques en ciertas tribus). Las tres mujeres disputan una riña acerca de si la niña merece la bendición del Sol o no, dado que es una “Marginada” (no sabemos por qué, ni lo descubriremos en lo pronto). Frente a todo, una de las Matriarcas permite su bendición, y la niña recibe el nombre de “Aloy”.
A medida que pasan los años, Aloy es entrenada por su padre postizo (Rost, otro Marginado) para enfrentarse a los peligros que acechan fuera de las Tierras Sagradas, con el objetivo de salir al mundo y descubrir por qué es Marginada, y cuál es el paradero de sus padres biológicos. En su camino, se topa con un descubrimiento que es clave para ella y se puede ver en muchos videos que han mostrado del juego: su “sexto sentido”, su Foco. Este dispositivo que Aloy lo lleva como si fuera un pendiente en la oreja, le brinda la habilidad de “prestar atención a las cosas”, ver más allá de lo que tiene a simple vista, seguir huellas, encontrar puntos débiles en máquinas, y hasta reparar datos (Nuevamente, guiño a The Witcher 3 y su “Witcher Sense”).
Como Marginados, Rost y Aloy no pueden hablar con nadie de la tribu a la que “pertenecen”, los Nora. Viven en las afueras, y casi no reciben contacto con ellos, aunque Aloy no esté muy contenta con eso. Existe una sola forma de poder revertir esta situación, y es por lo que Aloy entrena más duro que nunca.
SKYNET DOMINA EL PLANETA
Suceso va, suceso viene, Aloy sale de las Tierras Sagradas con el mismo objetivo de siempre: recuperar información sobre su pasado. Con un temperamento como pocos, agresiva, guerrera y vivaz nuestra guerrera nómade descubre que los peligros sobrepasan lo que imaginó hasta ese momento.
Un vasto ecosistema tendremos que recorrer a medida que Aloy se acerca a las respuestas que busca (y a nuevos interrogantes…). Montañas, bosques, desiertos… No se le puede cuestionar nada a lo que estos muchachos lograron para deleitarnos visualmente. Las transiciones en tiempo real de los diferentes climas que posee la región son maravillosos, al punto de ver como una lluvia deja sus huellas en el terreno barroso, o la nieve hiela los pastizales.
Pero este apartado no era para hablar de los espacios abiertos, sino de los robots. En cuatro patas, en dos y hasta voladores, los hay de todos colores. Cada DinoBot tiene sus puntos frágiles, que podemos detectar con nuestro Foco, y que tienen sus respectivas debilidades / fortalezas (fuego, hielo, daño puro o electricidad). Atacar con las correspondientes armas a los sectores correctos, incrementa el daño realizado y produce la destrucción de diferentes partes del robot, eliminando sus mecanismos de defensa (todo un artista biomecánico ¿?).
Entre los diferentes tipos de DinoBots, tenemos a los Vigías (los más comunes), que serían el equivalente a un Velociraptor; los del tipo “caballo” como los Cornudos o Embestidores; y luego entramos en los más agresivos y feroces, como los Dientes Serrados, Chatarreros o los enormes Atronadores (el T-Rex de la tapa del juego); hasta llegar a los Cuellilargos (esos super gigantes con cabeza de plato) que son una especie de Atalaya en un Assassin’s Creed.
Un punto más para quienes se ocuparon de realizar estos bichos robóticos se lo llevan los encargados de los movimientos. Cada clase de DinoBot, se comporta diferente, reacciona distinto a los estímulos, los ataques y las defensas. Por ejemplo, las peleas contra los Dientes Serrados (una especie de Dientes de Sable) son frenéticas porque el animal salta estrepitosamente sobre nosotros de una forma “sucia”… natural. Se refleja muy bien cómo sería el comportamiento de estos animales, y sin dudas es algo de lo que más me llamó la atención.
ALOY EN TODO SU ESPLENDOR
Como mencionaba antes, Aloy es un guerrera. Y como tal, tiene su arsenal siempre listo para dar caza a un Dino más que se le cruce en su trayecto.
Sus habilidades se distribuyen en tres factores: Merodeadora (focalizado en el sigilo); Valiente (focalizado en el ataque); y Rastreadora (focalizado en la recolección y buen uso de los recursos). Como en cualquier RPG, las habilidades se desbloquean a medida que conseguimos puntos, ya sea por subir de nivel o por realizar misiones. No es necesario hacer un apartado más extenso para esto, ya que se imaginarán a donde apuntan cada una de ellas.
La querida pelirroja, en su afán de despellejar metal por doquier, también debe recurrir a técnicas de sigilo. Este es un punto que quizás no sea el más fuerte del título: Aloy parece ser invisible cuando se mete debajo de unos yuyos, y tener una habilidad muy fina para “chiflar” y atraer a UN solo DinoBot. Pero, para contrarrestar esto, en los momentos que Aloy no actúa sigilosamente, corre, salta y escala de una manera muy fluída.
Dentro del arsenal de armas y armaduras, nos encontramos con diferentes clases. Si nos quedamos con la portada del juego, sabemos que Aloy tiene un arco, pero se suman mas armas para derrotar metálicos. Hondas, Disparadores de lanzas y Lanzacuerdas son algunos de los elementos, y cada uno de ellos tiene municiones variadas: eléctrica, congelante, corrupta, daño a partes, etc. Es importante saber qué y cuándo usar las municiones, ya que su fabricación cuesta recursos que pueden ser muy valiosos (y que se obtienen, en su mayoría, de los enemigos abatidos).
Respecto a las armaduras, tenemos varios modelos que difieren en diseño y el tipo de protección, para mayor defensa frente al daño físico o de rango. Así mismo, cada arma y armadura, poseen engarces para agregar modificaciones a las mismas (defensa o ataques elementales, etc).
LLEGAMOS A LO TECNICO
Sin dudas, HZD es una demostración de valentía de una empresa dedicada a los shooters, que creyó y lo logró.
Un apartado visual espléndido, comparable (o incluso mejor) que los titanes de PS4 como Uncharted 4. Memorable es que no se hayan olvidado de realizarlo para PS4 “común”, y logren 30 fps estables, aunque con algunos problemas de renderizado luego de la actualización de Firmware 4.5.
Algo que quizás se dejó de lado en las reseñas de otros medios, es el sonido. Se siente MUY bien oír una ambientación musical acorde a la temática tribal, con quenas y tambores al momento de las peleas, y flautas cuando el momento de acción acabó. No soy fanático del apartado musical, pero es de destacar el trabajo realizado aquí.
Las cinemáticas quizás sean el punto más débil. El “lip-sync” de todos los personajes es desordenado, y no es justificable para un título de este calibre. Los personajes no transmiten sus estados correctamente, y no se logra diferenciar si Aloy está enojada o triste (en serio, hay veces que parece que voy a golpear a alguien, pero la pelirroja no siente lo mismo).
BIEN HECHO GUERRILLA
Horizon: Zero Dawn es una obra maestra que combina varias otras obras maestras. Con una historia que nos tiene atados hasta el final, y un aspecto técnico más que envidiable, logra su cometido por TODOS lados, y nos trae una vez más a una protagonista femenina que será recordada por un largo tiempo como la cúspide del desarrollo en PS4.
Aloy es un personaje ácido, con personalidad tajante y decisiva que se amolda perfectamente a la situación que se cita en nuestra historia. Así como el desarrollo de las misiones principales es excelente, las secundarias tiene mucho peso argumental sobre lo que se relata, y pueden afectar decisiones que tomemos (sí, tiene el sistema de elección de respuestas como en Mass Effect). Además de estos dos tipos, también tenemos mandados o “misiones especiales” que nos habilitan habilidades que desarrolla Aloy, y que me vuelven a recordar a Assassin’s Creed (ya se darán cuenta aquellos que hayan jugado a la segunda entrega de la saga).
Mi aventura terminó con Aloy, pero la tuya puede comenzar ahora mismo. ¿Qué esperas?