REVIEW: Hitman

Mientras me muevo sigilosamente, vestido como un súper modelo, nadie parece dudar de mí. Me acerco cautelosamente a mi presa que no sabe que es lo que ocurre detrás de ella, y sin dudar un delgado alambre se desliza por su cuello y siento como su vida se va extinguiendo. Parece ser el crimen perfecto… pero entonces una puerta se abre y un guardia me ve, en medio de mi desesperación elijo un ladrillo de mi inventario y se lo tiro en medio de la cara y mientras veo como un público mira esta secuencia donde una estrella mundial del modelaje (o eso creen) corre despavorido luego de un ladrillazo salido de la nada, cumplo mi objetivo.

Esta secuencia muestra la brillantez que io Interactive logro capturar en este nuevo capítulo de Hitman. Un título que fue anunciado en el 2015 y sufrió varias transformaciones que a más de uno hizo dudar de la calidad que podría llegar a tener el producto final. A principios del 2016 el juego desapareció de PSN y las preordenes fueron canceladas cambiando el foco de un juego tradicional a un modelo episódico que en vez de entregar todo su contenido desde un primer momento seria lanzado a lo largo del año, agregando mapas y nuevas características.

Tal vez a esta altura ya no tiene mucho sentido mencionar la estructura episódica en la que se desarrolla el juego, ya que cualquiera que tenga interés en jugarlo al comprarlo hoy en día recibe la experiencia completa, pero cabe destacar que este enfoque, en mi opinión, fue extremadamente beneficioso para Hitman. Cada una de estas entregas agregaba un nuevo mapa al juego, con la excepción del primero que incluía dos, y cada uno de ellos incorpora una infinidad de maneras de alcanzar nuestro objetivo: maneras tradicionales, como ahorcar a alguien y formas más creativas como hacer creer a la presa que el fantasma de su madre lo está acechando y que tenga un infarto y gracias a todas estas opciones es que la parte episódica funciona, porque tal vez al contar con todo el contenido desde cero no exploraríamos estas alternativas que además traen recompensas, ya que cada mapa cuenta con un nivel de maestría que al aumentarlo recibimos nuevos accesorios, armas y demás para usar en el resto de las misiones.

Cada misión cuenta con un modo que aumenta de dificultad cada vez que la superamos, escalando la forma que debemos realizarlas, por ejemplo, primero solo debemos matar a alguien disfrazados de camareros, pero luego debemos matar a esa persona y a otro objetivo pero usando otro disfraz o arma específica,  esto no solo suma a que nos atrevamos a nuevas opciones de como realizar distintas opciones dentro del juego sino a que aprendamos como está distribuido el mapa y todas las alternativas que tenemos a nuestra disposición.

Otro de los grandes aciertos es que si al comenzar una nueva misión nos sentimos apabullados por tantas opciones que tenemos a nuestra disposición el juego también cuenta con “oportunidades” que nos cruzamos en el mapa y nos guían por diferentes alternativas que podemos aprovechar para descubrir algunas de los caminos disponibles.

 

En esta primer temporada el ya clásico agente 47 recibe una serie de misiones en las que tendrá que (adivinen) asesinar a una serie de objetivos que en un primer momento parecen no tener relación entre ellos pero en el  transcurso de los episodios descubriremos que todas nuestras victimas son parte de una organización secreta, y que estos ataques no son al azar y tiene un motivo alterno que obviamente no revelare. A pesar de contar con esta historia también es cierto que esta campaña toma un segundo plano siendo la jugabilidad y la diversión que cada mapa nos ofrece el foco principal de este juego.

Cada uno de los mapas están desarrollados magistralmente, contando con personajes y piezas de diálogos desparramadas por doquier que hacen que cada lugar se sienta real y no solo un escenario para hacer lo que queramos. Esto no quiere decir que no podemos hacerlo, cada cosa que tengamos con nosotros o cada pieza que veamos puede ser un arma, un cable suelto rápidamente nos llevara a un charco de agua que puede ser una trampa mortal para quien pase por ella, un candelabro puede caer en el momento justo, una pelota de golf tal vez, solo tal vez, explote cuando un desafortunado hombre la golpee.

Estos mapas varían de un extremo a otro. París, por ejemplo, cuenta con una enorme mansión que cuenta con cocinas, baños y un desfile de moda y en este ambiente además de varias opciones poco convencionales, como podemos esperar, también podemos hacer uso de todos los utensilios que solemos encontrar en ese ambiente. Y del otro lado hay lugares como Marrakech es un ambiente abierto y militarizado, en el que tendremos que viajar entre una embajada y las calles de Marruecos buscando opciones de cómo terminar nuestra misión. O en Hokkaido estamos en una clínica preparándonos  para una supuesta cirugía en una instalación de última generación en el que podremos sabotear diferentes equipos médicos por el bien de nuestra misión.

Cada uno de estos lugares es un parque de diversiones, con tantas alternativas que proporcionan una rejugabilidad extremadamente prolongada y aunque la historia se toma a si misma con cierta seriedad, las locuras que podemos realizar hacen que el ambiente sea una bizarra gama de situaciones, como ver a 47 tocando la batería para hacerse pasar como un nuevo integrante de una banda o como pasea por la pasarela haciendo creer a cientos de personas que es un icono del modelaje mundial no tiene precio y hacen de cada momento una situación disparatada que hacen de Hitman un disfrute incomparable .

Uno de los modos con los que contamos y tal vez uno de los más destacable son los “Objetivos Escurridizos”/”Elusive Targets”. Estas misiones suceden cada tanto en el juego y cuentan con un límite de tiempo real, si dentro de ese plazo no cumplimos nuestro objetivo lo perdemos, para siempre y no solo eso, sino que solo tenemos una oportunidad, si fallamos y el objetivo escapa o si morimos en el intento, tampoco podemos volver a realizarla. Estas misiones ocurren con bastante regularidad y proporcionan una tensión que en general no está presente ya que normalmente podemos grabar donde queramos. Con esto se logra que tengamos en cuenta todo, quien está cerca, donde va estar el objetivo, que equipo llevar, vigilar bien el área para buscar nuestra oportunidad.

Además contamos con un modo (que ya estaba presente en entregas anteriores) en el que podemos designar nosotros quien es el objetivo y que condiciones debe cumplir otro jugador para aprobar esta prueba, luego podemos compartirla y otras personas pueden intentar superarla.

Gracias a todo esto Hitman logra tener una rejugabilidad extremadamente larga y hace que la espera haya valido la pena, cada uno de los ambientes donde nos encontramos proporcionan una infinidad de formas de cumplir nuestra misión y hacen de este juego una experiencia que logra tener el balance justo entre adrenalina, diversión, situaciones bizarras y momentos increíbles.