Plataforma: PS5 |
Género: Acción | RPG |
Desarrollador: Square Enix |
Editor: Square Enix |
Fecha de lanzamiento: 29 de febrero de 2024 |
Precio: U$S 69,99 PlayStation |
Idioma: Voces en Inglés | Subtítulos en Inglés y Español |
Recuerdo cuando en 1999 me regalaron la PSX. Estaba extasiado, no solamente por ser amante de los videojuegos sino por todo lo que significaba ese salto. Pasar de jugar en el Family y el SEGA para controlar a personajes moldeados en 3D y con un gran avance en la jugabilidad era glorioso. Ni que hablar de los juegos que podías jugar. En esa época comprabas un juego porque te gustaba la carátula, no podías ver gameplays por todos lados como sucede ahora. Era, literalmente, juzgar un libro por su tapa. Así fue como conocí la franquicia Final Fantasy. El primero que jugué fue (me pongo de pie) Final Fantasy IX, para quien escribe estas líneas el mejor Final Fantasy hecho a la fecha. Pero estamos en las puertas del lanzamiento de Final Fantasy VII Rebirth, la secuela de la reimaginación de otro de los mejores juegos que posee la franquicia, Final Fantasy VII, y gracias a un código enviado previo a su lanzamiento pudimos probarlo por adelantado y ver si ese título está en disputa.
Así, en 2020 salía al mercado Final Fantasy VII Remake, que nos dejaba boquiabiertos por ese salto de calidad que suponía en contraste con su antecesor lanzado en 1997, y que nos contaba la primera parte de una historia que nos marcó a muchos en muchos sentidos. La franquicia no era nueva, pero con la llegada de PSX a estos pagos se hizo mucho más famosa por sus gráficos, sus cinemáticas, su jugabilidad y sobre todo por sus personajes. Amabamos (y amamos) a esos personajes con los que uno podía asemejarse, no por blandir una espada gigante o lanzar hechizos, sino porque en el fondo las historias que nos cuentan los Final Fantasy son de amor, descubirmiento, felicidad, tristeza, pérdida, y temor, entre otros. Puntualmente, Final Fantasy VII era una alegoría a la explotación de los recursos naturales del planeta, ya sea la Tierra o Gaia, el mundo de fantasía donde se lleva a cabo esta entrega. Pero no me quiero ir por las ramas.
Mañana sale Final Fantasy VII Rebirth y luego de muchas (muchas) horas jugándolo, voy a arrancar esta reseña con la conclusión: faltando 10 meses para que termine el año, Final Fantasy VII Rebirth es mi candidato a ganar el Juego del Año 2024. Dicho esto, vamos con el análisis.
Rebirth continúa exactamente donde nos dejó el final de Remake. Por cuestiones lógicas, deberemos jugar FFVII Remake para entender mucho de lo que veremos en Rebirth, pero el juego nos tiene listo un “Resumen” narrado por Red XIII para refrescar la memoria de los que jugaron la reimaginación, y para que los nuevos jugadores tengan un vistazo a la historia. Mi recomendación, SIEMPRE jueguen las entregas anteriores cuando se tratan de secuelas para no perderse nada.
Volviendo a la historia, Cloud, Tifa, Aerith, Barret y Red XIII escapan de Midgar luego de derrotar a los Ecos del Destino, a Presagio y a Sephiroth, rompiendo así con el Destino que tenían trazado los protagonistas y dando lugar a un renacimiento de una nueva historia respecto a la que conocemos. Con una Midgar desolada por las batallas sucedidas, nuestros protagonistas huyen de la ciudad para hacer su primera parada en la ciudad de Kalm, donde continuarán su viaje para detener a Shinra, evitar la destrucción de todo a manos de Sephiroth y, como frutilla del postre, salvar al mundo, sin ningún orden específico. La historia de Remake se sabía que iba a llevarse a cabo únicamente en Midgar (en el FFVII original era luego de abandonar dicha locación donde el juego realmente comenzaba), y con Rebirth sabemos que la historia se centrará entre la huida de nuestros protagonistas de dicha ciudad hasta los acontecimientos en la Capital Olvidada, con todo lo que eso significa. No voy a continuar hablando de la historia porque no quiero spoilearles nada, pero solamente quiero decirles que estén preparados para un gran viaje repleto de emociones, donde tanto veteranos como nuevos jugadores estarán satisfechos.
A medida que avancemos en la historia, a los protagonistas se le sumarán Yuffie, la ninja de Wutai desesperada por Materia, y Cait Sith, un gato robot que puede montarse sobre un peluche de Mog gigante y luchar sobre su lomo. Red XIII, aunque estuvo presente en el final de Remake, ahora se vuelve un personaje jugable también, con un medidor de venganza que una vez lleno nos permite lanzar ataques implacables. Así, tenemos un total de 7 personajes jugables, todos ellos con su estilo de pelea bien definido, y a los cuales podremos moldear a nuestro gusto.
Final Fantasy VII Rebirth no quiere que nos casemos con ningún personaje en particular, y para lograr esto incluyó las Habilidades de Sinergía, ataques combinados entre dos personajes que poseen una gran cantidad de variantes. Existen varias habilidades para cada uno de los pares disponibles, pero estas se desbloquean tanto por mejorar los Folios de los personajes (algo que comentaremos más adelante) o bien realizando misiones secundarias y mejorando las relaciones entre ellos. Además, para usarlas, deberemos realizar exlclusivamente una cierta cantidad de habilidades únicas con los personajes involucrados. Esto, como les decía, es para que obligatoriamente cambiemos entre personajes en cada batalla para poder usar las Habilidades de Sinergía, ya que de lo contrario no podremos utilizarlas.
Uno de los mejores puntos del juego es la relación entre los personajes. Aunque mejorar esta relación nos permitirá obtener ataques de Sinergía, lo cierto es que es un gran acierto tener la posibilidad de conocer en profundidad a nuestros compañeros de grupo realizando actividades secundarias con ellos o simplemente parar dos segundos para hablar con ellos y entablar una conversación. Esto nos permite lograr empatizar aún más con ellos, y conocer más sus motivaciones, miedos, sueños y pasado. Todos los personajes aportan algo en todo momento, y me pareció un gran acierto que aquellos que no estén en el grupo “activo” (podemos tener hasta 3 personajes jugables a la vez) igualmente acompañan al resto e interactúan entre todos.
Como les decía, la idea de Square Enix es que no utilicemos de forma constante al mismo personaje, sino que vayamos variando entre ellos. Esto es profundizado a lo largo de la historia donde indefectiblemente controlaremos a cada uno de ellos para sortear ciertos escenarios, utilizando sus habilidades específicas para avanzar. No es solamente la historia de Cloud, sino que el resto también tiene un papel igual de importante y nos lo hacen notar.
Para mejorar las habilidades de los personajes, tendremos los Folios, algo así como “diarios” donde habrá un arbol de habilidades interconectado que desbloquearán habilidades, Sinergías y mejoras de estadísticas a cambio de puntos de habilidad, los cuales iremos obteniendo realizando actividades y subiendo de nivel a los personajes. Así, podremos mejorar la vitalidad o la defensa, descubrir nuevos ataques de Sinergía, aprender hechizos elementales sin necesidad de gastar puntos de magia, y mucho más.
Como buen Final Fantasy, tenemos a disposición un mapa gigante para descubrir, con los biomas de cada uno bien definidos. Pasaremos a recorrer praderas, para subir y bajar acantilados y adentrarnos en bosques lúgubres y llenos de vegetación a lo lardo de nuestra aventura. Todos estos escenarios nos ofrecerán un sinfín de actividades y de las más variadas. Todas estas las descubriremos a medida que vayamos activando torres de información a pedido de Chadley. Para quienes no recuerdan o no jugaron Remake, era un cyborg que ayudaba a nuestro protagonista a crear Materia. Ahora, nos asistirá indicándonos lugares de interés a lo largo de Gaia, entre los que encontraremos manantiales que nos permitirán conocer en profundidad la historia del lugar donde nos encontremos, altares de invocación que nos permitirán bajar el nivel de dificultad de la Invocación perteneciente a dicha área (Fénix en Junon, por ejemplo), casas de Moogle, y mucho más. Cada una de ellas ayuda a expandir el lore del juego, y no se sienten que están agregadas para sumar horas de juego, sino que tienen un sentido más profundo y que suma contenido.
A lo largo del mapa también podremos obtener items diseminados por el mundo, que deberemos recoger si queremos transmutar objetos. Esto nos permitirá crear no solamente pociones, eters y mas, sino también accesorios para nuestros personajes sin gastar un Gil en las tiendas. Obviamente, algunas cosas deberemos comprarlas, pero esto incentiva la exploración del mundo de una forma armónica, sin sentirse forzada. A medida que creemos objetos, iremos desbloqueando otros, ampliando así el abanico de posibilidades.
Vuelven los accesorios, que mejorarán nuestras características y nos permitirán tener activos los orbes de materia, que nos darán un rango impresionante de habilidades o mejoras. La materia se mejora a medida que la utilicemos, y podremos encontrarla a lo largo del mundo o bien realizando actividades con Chadley, encontrándose las materias de invocación como las más poderosas y que podremos asignar a un personaje para que nos asista en batalla, ahora no sólo contra los jefes finales sino también contra los enemigos comunes.
Como sudeció en Remake, las Invocaciones vuelven a dejarnos boquiabiertos con sus animaciones, y pueden cambiar el transcurso de una batalla si sabemos utilizarlos de forma correcta. Atacarán de forma autónoma, pero si utilizamos una o dos barras de acción (dependiendo la habilidad que tenga la Invocación) podremos ordenarle realizar un ataque específico.
Dato de color: Para aquellos que tienen partidas guardadas de Final Fantasy VII Remake en su PlayStation 5, se les otorgará de regalo la Materia de Invocación de Leviathan, mientras que si existen datos guardados de INTERmission, el DLC protagonizado por Yuffie, también obtendremos la Materia de Invocación de Ramuh.
Los enemigos vuelven a jugar un papel central en el juego, y hay de todo tipo y color. A lo largo del mapa encontraremos una gran variedad de ellos, cada uno con sus recompensas, habilidades y debilidades específicas, y también habrá enemigos únicos y jefes finales. Los enemigos únicos los encontraremos si cumplimos con algunos de los puntos de interés que encontraremos en el mapa, yserán batallas épicas en las que deberemos estar bien preparados si queremos salir victoriosos. Los jefes finales, por su parte, siguen la línea de lo visto en Remake y se lucen en cada una de sus intervenciones. No es machacar botones y usar habilidades solamente, sino que deberemos estudiar bien sus tácticas para poder dar una respuesta acorde. Son difíciles, y si subimos el nivel de dificultad la cosa se vuelve más complicada.
Las armas, como buen Final Fantasy, tiene un rol preponderante en el juego, y cada una de ellas posee una habilidad específica que, si queremos que quede asignada a nuestro personaje, deberemos utilizarla un cierto número de veces para aprenderla y así poder asignar una nueva arma sin perder la habilidad específica. Esto también nos lleva a utilizar de forma obligatoria a los otros personajes, fomentando así la circulación de miembros activos del grupo.
Para recorrer el mapa, tendremos a disposición distintas formas de movernos. Podremos recorrerlo a pie (no lo recomiendo, a menos que quieran que el juego les dure 300 horas), a lomos de un chocobo o con vehículos que se desbloquearán a medida que avancemos en la historia. Los chocobos, esos pajaros gigantes presentes en cada entrega de la franquicia, serán nuestros mejores aliados para recorrer las planicies, subir montañas, surcar ríos y encontrar tesoros. Porque si, tienen una nariz privilegiada y con su pico pueden excavar para encontrar tesoros ocultos o ítems que necesitaremos en misiones específicas.
Pero no es todo tan sencillo. Cada vez que lleguemos a un área nueva, deberemos capturar al chocobo correspondiente para poder llamarlo luego en cualqueir momento. Y para poder hacerlo deberemos llegar hasta donde está pasando desapaercibidos, sin que el ni sus amigos nos vean. Una nueva mecánica muy divertida e interesante, sumándose a los minijuegos que abundan en Final Fantasy VII Rebirth.
Las misiones secundarias también juegan un papel especial en esta secuela. No están por estar, sino que una vez completadas modifican la relación entre nuestros protagonistas, cambian el mundo a medida que avanzamos y nos dan bonificaciones más que interesantes. Pero además nos permite conocer más sobre el lugar en el que nos encontramos y la historia de esos personajes.
Además de esto, los minijuegos vuelven a decir presente, pero ahora tenemos una cantidad impresionante de ellos. El primero es Sangre de Reina, un nuevo juego de cartas similar al Tetra Master de Final Fantasy IX, donde deberemos ocupar espacios en un tablero y obtener la mayor cantidad de puntos posibles por cada fila para derrotar a nuestro oponente. Obtendremos cartas para modificar nuestro mazo y así ser el mejor jugador de todo Gaia. Igualmente, no es solamente un juego, sino que a medida que derrotemos oponentes conoceremos más de su trasfondo e historia, y el papel importante que juega en el mundo de Final Fantasy VII Rebirth.
Pero esto no es todo, tendremos casi 30 minijuegos disponibles que nos permitirán desconectarnos un poco de la historia principal y así relajarnos (en lo posible) antes de continuar con nuestro viaje. Tendremos carreras de chocobos, combates, disparos, y mucho más. Habrán algunos que se realizarán en misiones específicas, otros en momentos específicos o bien estarán a disposición en todo momento una vez que lleguemos hasta cierto lugar en la historia. Hasta podremos hacer que Cloud toque el piano, permitiendo así que los jugadores creen sus propias melodías o bien toquen algunas ya creadas. Los Moogles vuelvan a decir presente y ahora tienen su propio local, pero deberemos acorralar a los Moogles pequeños si queremos que vuelvan a abrir, y los pequeños son difíciles y traviesos.
Al ser un exclusivo (por el momento al menos) de PlayStation 5, la compañía aprovechó de forma perfecta este lanzamiento para incluír mejoras en los controles para explotar las funcionalidades del DualSense y el Audio3D. La respuesta háptica y los gatillos adaptativos están explotados de la mejor manera para darnos una sensación de inmersión incomparable, y muchos de los minijuegos se aprovechan de ellos para mejorar la experiencia.
En cuanto a los gráficos, no puedo dejar de sacarme el sombrero con lo que hicieron los chicos de Square Enix. Es un deleite gráfico por donde se lo mire, y ahora con el desafío de mundo abierto aún más. Los paisajes son hermosos, cuidados hasta el más mínimo detalle, y los enemigos tienen una calidad impresionante. No sólo eso, sino que cada bioma está perfectamente diseñado para diferenciarse del resto, y los juegos de luces, contornos y contrastes hacen que todo sea una experiencia visual impecable. Por mi parte, no tuve ningún bug ni bajón de frames que influyan negativamente en la experiencia de juego.
Esto sobre todo se valora más en cada una de las ciudades que visitamos. En todas ellas reboza la vida, y abundan los habitantes que hablan entre ellos, o con nosotros, y realizan distintas acciones. No se sienten vacíos, sino que interactúan con el ambiente, se mueven de forma armónica y le dan vida de forma increíble.
El juego tiene dos modos gráficos: Performance y Gráficos. Performance nos brinda 60 FPS estables pero a costa de un gran sacrificio en los gráficos, mientras que el modo gráfico corre a 30 FPS pero con un nivel de detalle impresionante. Claramente, el juego está pensado para jugarlo en Modo Gráficos, o por lo menos la mejor experiencia de juego que tuve fue con ese modo.
El disco SSD de PlayStation 5 saca a relucir toda su potencia con Final Fantasy VII Rebirth. No lo conté, pero desde que seleccionamos el juego hasta que efectivamente jugamos no tenemos más de 10 segundos, una locura de tiempos de carga. Los puntos de viaje rápido cargan casi instantáneamente, con todo lo que un juego de mundo abierto implica y con el nivel de detalle que posee Rebirth.
Otro de los puntos a destacar, es el apartado sonoro. Los efectos de sonido son impecables, los choques de espadas, magias, invocaciones, obtención de ítems, los chocobos, las voces de los personajes… Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. La música es sobresaliente, como en cada entrega, y es uno de las piedras fundamentales de cada historia. La banda sonora que acompaña cada compás del juego nos toca cada fibra y sigue cada momento de forma perfecta.
Para ir cerrando este análisis, les recomiendo que aquellos que compren el juego se hagan con la Edición Twin Package, que por el mismo precio (69,99) obtienen tanto Final Fantasy VII Rebirth como Final Fantasy VII Remake completo. No es normal que una compañía haga esto, por lo que les recomiendo esta opción si no poseen el Remake y desean jugarlo antes de comenzar con Rebirth.
Final Fantasy VII Rebirth cumple con todo en todos los aspectos. Gran jugabilidad, grandes personajes, grandes enemigos, gran sistema de mejoras, grandes posibilidades con misiones secundarias y minijuegos, gran trasfondo de sus protagonistas, grandes gráficos, gran banda sonora. Gran todo. Como su nombre lo indica, es un renacimiento, tanto para Final Fantasy VII como para lo que puede ofrecer la franquicia. No solamente en la historia que nos cuentan, que va a cumplir con las expectativas tanto de los fanáticos más veteranos como de los nuevos jugadores, sino también en la forma de encarar un título de este estilo. Si Square Enix continúa por este camino, no quedan dudas que todos nos veremos beneficiados.
Ya lo dije al principio de este análisis: Para mi, Final Fantasy VII Rebirth es el Juego del Año para 2024. Y es uno de los mejores Final Fantasy lanzados hasta la fecha. Aunque hay otros títulos anunciados de igual peso, dudo que alguno de ellos logre transmitir lo que me transmitió este título. Puede que tenga que ver con la nostalgia y por haber jugado el FF VII original en su momento, pero todo el contenido del juego está cuidado a la perfección. Se nota que cada una de las partes involucradas en su desarrollo puso todo su amor en Rebirth. No hubo un momento en que el juego me haya aburrido o se haya vuelto tedioso, y en cada momento tenía ganas de continuar con la historia, o jugar otra vez cierto minijuego o mejorar mi mazo de Sangre de Reina. El problema ahora será ver cómo hace Square Enix para mejorar (si se puede) todo lo que vimos en Rebirth para el último juego de esta trilogía reimaginada, que espero con ansias que llegue para poder continuar acompañando a Cloud y sus amigos en su aventura.