Plataforma: Nintendo Switch |
Género: Acción | Aventura |
Desarrollador: Nintendo |
Editor: Nintendo |
Fecha de lanzamiento: 12 de mayo de 2023 |
Precio: $ 13.459,00 + Impuestos Nintendo Switch |
Idioma: Voces y Subtítulos en Inglés y Español |
No cabe duda que una de las franquicias más conocidas y queridas es The Legend of Zelda. A esta altura, debe haber pocos jugadores que nunca hayan disfrutado de alguno de los juegos de la saga creada por Miyamoto y Tezuka, la cual dio sus primeros pasos en la NES para llegar al imponente juego que conocemos hoy y cuya última entrega, Tears of the Kingdom, llega a Nintendo Switch con la vara altísima que dejó su predecesor, Breath of the Wild.
El sorprendente mundo abierto con el que nos encontramos en Breath of the Wild, y que nos daba estas impresiones, daba la sensación que poco más se podía hacer para mejorar un producto que ganó como Juego del Año en 2017, un premio que nadie podría discutir. El pase de recorrer mazmorras o escenarios específicamente lineales donde las pantallas de carga abundaban quedaron atrás para dar paso a una libertad sin precedentes en este tipo de juegos, pero que además sirvió como inspiración para que nuevos títulos tomaran lo mejor de ella e intentar llevar una pizca de esa magia para su molino.
Así es como, luego de su anuncio en el Nintendo Direct realizado en el marco de la E3 de 2019, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom llegaba con la pesada mochila de intentar mejorar lo que su antecesor nos dejó, y no sólo eso, sino que luchaba además con una frase que muchos pensaban pero no se animaban a decir: “¿Para qué hicieron esta secuela si el anterior era perfecto?”. Luego de horas y horas de recorrer Hyrule y de acompañar a Link en su nueva aventura, puedo decirles que Nintendo lo hizo de nuevo: Tears of the Kingdom es una secuela perfecta. Ahora les explico por qué.
Como buena secuela, tiene que partir de la base que dejó el anterior, ¿verdad? Bueno, Tears of the Kingdom arranca con Zelda y Link recorriendo unas ruinas debajo del castillo de Hyrule donde la princesa encuentra vestigios de los Zonnan, una civilización antigua que ahora está extinta. Al seguir con su recorrido, se encuentran que en una cámara secreta se encuentra el cuerpo del Rey Demonio, una entidad que trajo calamidad a Hyrule, y que se encontraba aprisionada gracias al poder de un brazo (si, un brazo) apoyado contra su pecho, impidiéndole salir. Al ingresar ambos personajes, y como si fuera algo destinado, el poder del brazo se acaba y el Rey Demonio vuelve a levantarse para traer miseria al mundo.
Este despertar hace que el castillo se eleve por las nubes, la Espada Maestra sea destruída en pedacitos y dejando inservible el brazo derecho de Link debido a la corrupción. Esto no es todo, ya que Zelda cae al vacío pero misteriosamente desaparece dejando un halo de luz y Link, quien se lanza para intentar atraparla, es salvado por este brazo misterioso una vez que la princesa desaparece. Al igual que Breath of the Wild, nuesto héroe despierta en una cámara de recuperación y con este flamante brazo nuevo al mejor estilo Soldado del Invierno que además le hace escuchar voces. Este brazo pertenece nada más y nada menos que a Rauru, el primer rey de Hyrule, quien combatió contra el Rey Demonio hace muchísimos años, y es el encargado de guiar a Link en el inicio de su aventura.
Al salir de esta cámara, Link ve que la misma está ubicada en una (enorme) isla flotante, que, junto con otras que están conectadas a ella, nos servirá como tutorial para comprender las nuevas mecánicas del juego, y entender algo más sobre la historia que tendrá Tears of the Kingdom, de la cual no hablaremos más para que cada uno pueda disfrutarla. Así, en estas islas encontraremos 4 de los 5 poderes nuevos que tendrá Link: Ultramano, Combinación, Infiltración y Retroceso. El quinto será el Generador de Esquemas y lo encontraremos siguiendo las misiones de la historia.
Ultramano será nuestro mejor aliado para crear plataformas, vehículos, armas y todo lo que se nos ocurra. En Internet hay miles de videos con las invenciones más locas que se puedan imaginar, así como las más mortíferas gracias a la gran cantidad de artefactos Zonnan que encontraremos diseminados por todo Hyrule. Hasta algunos los usan para torturar a los pobres Kologs que vuelven a decir presente en esta entrega y que tantos dolores de cabeza nos dieron en Breath of the Wild para todos los que intentamos (y algunos lograron) conseguir todas las semillas que nos daban al cumplir con su desafío.
Debido al resurgimiento del Rey Demonio y la corrupción tomando cada vez más lugares de Hyrule, las armas quedaron obsoletas y perdieron su filo. Atrás quedaron las armas que conocimos en Breath of the Wild, ahora la moda es usar Combinación y crear las nuestras propias con los objetos que encontremos a lo largo de nuestra aventura. Esto nos abre un sinfín de posibilidades, ya que un arma con un ataque básico podrá incrementar sus stats a niveles altísimos si lo combinamos con la parte correcta de un monstruo o bien con otra arma. Las posibilidades son infinitas, y estará en nosotros usar nuestra imaginación para ver cuál será la mejor combinación posible.
Los escudos también se suman a esta moda de la Combinación, y no solamente será de gran ayuda en combate sino que también nos servirá para combatir los cambios climáticos de Hyrule, ya que si agregamos un Zafiro o un Topacio nuestra resistencia al frío o al calor se verá mejorada, sin necesidad de equiparnos con algún atuendo que nos de resistencia a dicho clima. Esto no es todo, ya que le podremos combinar un hongo que, al ser golpeado, liberará una pantalla de humo que hará que Link se tranforme en Batman y pueda atacar a los enemigos desprevenidos a través de las sombras y hacerles un gran daño.
Mismo sucede con las flechas. Ya no existen las flechas explosivas, de fuego, de hielo o de rayo, ahora hay únicamente flechas básicas y dependiendo el objeto que le unamos tendrá una característica distinta. Una flor bomba resultará en una flecha explosiva, un ojo de Keese hará que nuestras flechas sean teledirigidas, y una semilla luminosa nos permitirá ver en lugares oscuros.
La Infiltración también será una de las habilidades que más nos servirán a lo largo de la aventura, haciendo que Link pueda atravesar los techos de cuevas, edificios o donde sea que nos encontremos siempre y cuando estemos a la distancia adecuada, para así poder ingresar a zonas ocultas o bien para salvarnos de algun apuro en el que nos encontremos.
Retroceso detendrá el tiempo y si lo usamos con un objeto, el mismo volverá atrás a la ubicación inicial, siempre dentro de un lapso de tiempo determinado. Así, podremos utilzarlo si accidentalmente se nos cae algún objeto por una isla o acantilado, o bien para deterner los objetos que nos arrojan los monstruos que Link enfrenteará. Esto es sólo un vistazo inicial, las opciones son infinitas y lo que intenta hacer Nintendo con esto es darnos la libertad de jugar Tears of the Kingdom de la forma en que quedamos, sin atarnos a un camino específico.
Los Santuarios vuelven a ser parte esencial del juego, donde deberemos completarlos para obtener orbes de luz y ofrecerlos a las estatuas de la Diosa Hylia para poder recuperar los corazones y el vigor que el Rey Demonio nos robó en nuestro primer encuentro. Aunque algunos serán lineales y otros nos enseñarán las mecánicas básicas de comabte, otros nos presentarán desafíos interesantes y como les decía más atrás no hay una forma única de hacerlos, sino que la inteligencia de cada jugador tomará un papel importante en su conclusión.
Mismo sucede con las Torres de Mapeo, que nos permitirán desbloquear en el mapa la zona en la que nos encontremos para no andar a ciegas por nuestra aventura en Hyrule. Purah, ahora con más años de lo que vimos en Breath of the Wild y el transformada en el nuevo amor platónico de Internet, fue la encargada de usar los restos de los Guardianes y hacer estas torres que ayudarán y mucho en la lucha de Link contra el Rey Demonio.
Respecto a la historia, al igual que su antecesor, tendremos una misión principal que será obviamente derrotar al Rey Demonio, pero primero deberemos saber que pasó con la Princesa Zelda, y para eso deberemos completar la misión “Lágrimas del Dragón”, en donde, al igual que en Breath of the Wild, veremos cinemáticas cortas con sucesos del pasado donde entenderemos un poco más del papel de Rauru, sus Sabios y el Rey Demonio. A esto habrá que sumarle tanto las misiones “Principales” como las “Secundarias”, que obtendremos por todo Hyrule y nos recompenasará de gran manera si las completamos.
A diferencia de Breath of the Wild, donde podía sentirse que la historia tenía un lugar medio secundario (la novedad era la libertad que nos daba el juego tanto para recorrer el mundo como para entender que era lo que estab pasando), Nintendo ahora nos presenta con una historia profunda, llena de momentos épicos y donde entenderemos un poco más de qué va la cosa, y con una carga emocional importante. Zelda se lleva todas las miradas, ya que más allá de ser la que le da nombre a la franquicia, se sintió como que Nintendo le hubiese dado más protagonismo, y esto es más que bienvenido, ya que la princesa se lo merece. Acá también hay un gran acierto de la compañía, ya que ahora sentí una intriga más profunda respecto a la historia; quería y necesitaba saber qué era lo que había pasado con Hyrule, Zelda, Rauru y Ganondorf, adónde nos lleva esa historia y cómo iba a culminar, y quedé muy satisfecho.
El punto más alto (y bajo) de Tears of the Kingdom lo encontraremos no en Hyrule, sino en sus extremos: el cielo y las profundidades. El cielo será el primer lugar que recorreremos, y aunque es divertido recorrer las distintas islas flotantes (y algunas hasta serán hasta obligatorio recorrerlas para cumplir con las misiones principales), lo cierto es que lo sentí medio vacío en comparación a lo que podemos hacer en el resto de las ubicaciones. Se me ocurre que podría ser el motivo ideal para un próximo DLC, sobre todo teniendo en cuenta que todos los tráilers se centraron en el cielo y no tanto en el resto del mundo.
Pero lo más sorprendente está debajo de nuestros pies, ya que hay distintas fallas llenas de corrupción que, una vez caemos en picada, nos llevará al secreto mejor guardado de Nintendo desde el anuncio de la secuela: un mundo suterráneo cuyo tamaño es igual al del mapa de Hyrule. Será una zona repleta de enemigos sumida en la oscuridad, y para poder avanzar por ella nuestros mejores amigos serán las raíces y las semillas luminosas. Las raíces están esparcidas por todo el abismo, y una vez activadas servirán como luz natural y nos hará recobrar los corazones que hayamos perdido si estamos mucho tiempo parados sobre la corrupción que abunda en el lugar. Las semillas luminosas, tanto las pequeñas como las grandes, servirán para alumbrarnos el camino hasta estas raíces, por lo que es aconsejable ir a recorrer esta ubicación con una gran cantidad de ellas. (Dato de color, si no sabemos donde están las raíces, las mismas se encuentran justo debajo de los Santuarios que hay esparcidos por todo Hyrule).
Digo que es el secreto mejor guardado porque en ninguno de los tráiler ni ninguna filtración nos preparó para lo que el abismo nos ofrece, y no deja de sorprenderme cada vez que me lanzo en picada por una de las fallas hacia este mundo sin ninguna pantalla de carga en el medio, sobre todo teniendo en cuenta que Tears of the Kingdom corre en una consola cuyo hardware posee unos cuantos años en el mercado y así y todo el juego es una maravilla. Podemos caer en picada desde una isla en el aire hasta los cimientos de Hyrule sin un solo segundo en donde el juego se tilde o nos envíe a una pantalla de carga: es todo una única acción y esto es para destacar.
Para recorrer todo Hyrule, nuestros mejores amigos serán los artefactos Zonnan (perdón a nuestros amigos equinos, siempre van a tener un lugar especial en nuestros corazones), que nos permitirán crear vehículos actuáticos, torrestres o voladores dependiendo de nuestra imaginación. Pero ojo, que cada uno de estos artefactos funcionan gracias a la batería que uno de los golems que encontramos al inicio del juego nos obsequia. Tendremos una carga mínima de batería, la cual podrá expandirse si refinamos las piedras de zonniano que encontraremos esparcido por Hyrule, sobre todo en las profundidades. Todos nuestros inventos con estos artefactos los podremos volver a crear gracias al Generador de Esquemas, una habilidad que nos será muy útil para que, utilizando el poder de nuestro brazo, creemos de la nada (a costa de zonniano si no tenemos los materiales requeridos) dicho objeto.
Igualmente, los caballos siguen corriendo libres por todo Hyrule, y si así lo deseamos podremos domar algunos y llevarlos a los establos para registrarlos a nuestro nombre. Otro gran mimo para los que jugamos Breath of the Wild, si Tears of the Kingdom encuentra una partida del juego anterior, los caballos que hayamos tenido registrados automáticamente estarán disponibles en esta secuela.
Al igual que sucedió en Breath of the Wild, Link deberá recorrer todo Hyrule para encontrarse con los distintos pueblos, quienes estarán afectados por la corrupción de una forma u otra. Esta será una de las misiones principales que Purah nos encomendará, y allí volveremos a visitar a los viejos amigos que hizo Link en su aventura anterior. Una vez que hayamos cumplido con esta tarea, obtendremos el poder del Sabio correspondiente, y cuyo espíritu nos acompañará en la aventura. Personalmente, aunque es interesante el concepto, me parecieron mucho más útiles los poderes obtenidos en Breath of the Wild que los que nos otorgan en Tears of the Kingdom. Aunque visitar las profundidades con espíritus da algo de seguridad, la Inteligencia Artificial de estos deja mucho que desear y a veces activaremos habilidades sin querer, jugándonos una mala pasada.
En cuanto al apartado gráfico, se nota una leve mejora respecto a su antecesor, pero lo cierto es que es mínima. Igualmente, los gráficos de Tears of the Kingdom son hermosos y es un placer ver cómo Hyrule cobra vida nuevamente con todo lo que el resurgimiento del Rey Demonio implicad, y sobre todo con la adición de nuevas localizaciones tanto en el cielo como en las profundidades. Hay caídas de frames, seguro, pero eso no limita la experiencia de juego y no me parece justo exigirle que el juego corra de la forma en que algunos pretenden teniendo en cuenta no sólo las restricciones del hardware sino también de la maginitud que nos presenta el mundo de Hyrule. Como dije antes, no deja de sorprenderme la ausencia de tiempos de carga en nuestro traslado de los cielos a la tierra, de la tierra a las profundidades o mismo desde las islas flotantes hasta lo más profundo del mundo. Es para sacarse el sombrero.
La música es hermosa. Todo lo que te transmiten las cinemáticas está perfectamente armonizado con el apartado sonoro, donde las escenas felicidad, batalla o tragedia son acompañadas de pistas espectaculares que aumentarán lo que el juego quiere que experimentemos. Además, las voces pueden configurarse para ser escuchadas en español neutro, y realmente la actuación de voz está muy bien lograda (a excepción de Link, que manteniendo la línea sigue sin hablar, por lo menos a viva voz).
Podría escribir párrafos y párrafos de todo lo que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom tiene para ofrecernos, y así y todo me quedaría corto. Es uno de los mejores juegos, y no se si el mejor, que tiene no sólo la franquicia sino Nintendo en general, ya que sobrepasa la vara altísima que dejó Breath of the Wild, que sentó las bases para una nueva visión de juegos de mundo abierto y que esta nueva entrega hace que se sienta chiquita. Entiendo que Nintendo podría volver a los estilo de juegos anteriores en la franquicia, pero lo cierto es que no veo que vayan a matar a la gallina de huevos de oro en el corto plazo. Tears of the Kingdom terminó de sentar las bases de una nueva forma de jugar los títulos de The Legend of Zelda, y es uno de los serios candidatos a llevarse el Juego del Año en este 2023.