[Review] The Crew Motorfest

Ubisoft vuelve a la carga para tratar de sorprender a las mentes maestras del automovilismo, los genios del volante, y las bestias del asfaltos: los jugadores de videojuegos. El nuevo y colorido The Crew Motorfest nos lleva a un escenario en las hermosas islas de Hawái donde trata de desprenderse de otros icónicos títulos referentes del sector (por no mencionar a uno en particular…), dando una inyección de jolgorio en 4 ruedas (o menos).

Una de las características más notables de The Crew Motorfest es la increíble atención al detalle en la recreación de Hawái. Desde las soleadas playas de arena blanca hasta los exuberantes bosques tropicales y sus inmensos volcanes, cada rincón del mundo abierto está lleno de vida y color. No importa si estás compitiendo en una carrera o simplemente dando un paseo tranquilo, siempre hay algo nuevo que explorar.

A pesar de los diversos biomas en el juego, el mapa se mantiene fresco y variado. Además, ofrece extensas áreas para explorar que se extienden por kilómetros y kilómetros. Sin dudas uno de los hechos climáticos más imponentes termina siendo la tormenta eléctrica, que en más de una ocasión me detuve a mirarlo desde mi descapotable.

Una parte de esta exploración que menciono, viene de la mano de las diferentes actividades que podemos realizar cuando no estamos compitiendo como si fueramos Toretto contra oponentes. Entre ellas, sesiones fotográficas o desafíos de destreza, como comunmente poseen estos juegos, están repartidos por cada rincón del mapa variando su “dificultad” según la zona.

Además del impresionante escenario, The Crew Motorfest tiene un roster de vehículos enorme. Con más de 600 autos, motos, lanchas y aviones para elegir, tenemos paño de sobra para conducir los vehículos que más nos gusten y personalizarlos según nuestro estilo. Desde clásicos muscle cars hasta elegantes superdeportivos y potentes motos, la selección de vehículos es gigantesca. Además, tiene la gran facilidad de poder cambiar entre diferentes tipos de vehículos con solo presionar un botón, a pesar de que la estrella dorada se la llevan los vehículos de 4 ruedas.

Sobre esto último, algo que muchas veces puede ser difícil de reproducir pero que se logra de una forma más que decente en The Crew Motorfest, es darnos una sensación diferente cuando nos ponemos al volante de un coche deportivo clásico o de un F1, por ejemplo. Es decir, sentir el peso real del vehículo que manejamos, sus diferencias en la tracción y la dirección, así como su aceleración. No hay dudas que aquí Ubisoft puso la vara alta, y logró su objetivo, obligando a los jugadores a adaptarse a cada automotor nuevo que tengamos, como si aprendieramos a manejar de cero cada vez.

Sin embargo, por más lindo que suena toda la brillantina que tienen los automoviles, hay puntos flojos en todo el resto del staff vehicular. Las motos, lanchas y aviones, son versiones simples de lo que sus exponentes poseen en otros títulos (por ejemplo Moto GP o Flight Simulator), dejando un sabor amargo en comparación con los automóviles. Simplemente no logran dar el mismo entretenimiento que me brinda mi DeLorean cuando cruzo las playas de Hawái.

Una de las características más innovadoras para presentar los sets de carreras a competir en The Crew Motorfest, son las “Playlists”. Por alguna razón, se les ocurrió que este podría llegar a ser un buen nombre, dado que cada una de ellas girará en torno a una “temática”, como por ejemplo coches Muscle, japoneses o aviones para maniobras de destrezas. Cada “Playlist” presenta un conjunto único de desafíos y reglas, lo que evita caer en la monotonía de una “simple carrera y ya”. Es divertido encontrarle la vuelta a cada una de ellas, y los guiños que puedan tener a diferentes artistas o celebridades del automovilismo.

Por supuesto, el apartado online está relacionado con estas “Playlists”, de forma que algunas de ellas son exclusivas en la competición multijugador en línea, y presentan rotaciones constantes para no perder su atractivo. Me tocó probar en primera vuelta de este modo, una competición estilo “destruction derby”, donde debía enfrentarme a otros vehículos para ver quién salía victorioso del revuelo de golpes que fue eso. No puedo hablar mucho más allá sobre el modo online dado que el contenido para un jugador me tuvo atrapado lo suficiente para hacerme madrugar varias semanas.

La jugabilidad en The Crew Motorfest es suave y receptiva, lo que facilita la inmersión en el mundo del juego. Los controles son accesibles para jugadores de todos los niveles de experiencia, desde principiantes hasta veteranos de juegos de carreras, y la opción de rebobinado es especialmente útil para los más inexpertos, donde podrán corregir errores en la técnica durante las carreras. Además, la inteligencia artificial del juego se adapta a tu habilidad, lo que garantiza una experiencia de juego equitativa y hasta desafiante.

Como todo videojuego de automóviles actual, no solo podremos competir sino también entrar al garage y tunear el vehículo. No hay muchas complicaciones aquí, solo un sistema de experiencia o dinero que nos permite comprar nuevos vehículos, y aplicar mejoras. Dichas mejoras se obtienen de las “Playlists” por supuesto, obligandonos, de alguna forma a no solo pasear por la isla, sino también darle importancia a quemar gomas en la pista.

Al tunear el vehículo podemos optar por convertirnos en un mecánico especializado de la FIA, o aplicar la vieja y confiable “esto me da más potencia, agregar”. La realidad es que aquellos que sean fanáticos con conocimientos de mecánica quizás quieran tener una customización más importante, y esto termina sumando para ellos; pero al común de los jugadores, no lo veremos ni por asomo.

Obviamente al tuneo se le suma todo lo estético, desde pinturas, vinilos y luces, hasta por supuesto, las microtransacciones. Si bien no son obligatorias, hacerlo te ayuda a adelantar tu progreso, obtener un vehículo “mejor” y así ganar algunas “Playlists” de forma más holgada. Todos los vehículos pueden obtenerse por la moneda del juego, o la paga.

En resumen, The Crew Motorfest es un juego de carreras estéticamente espectacular que ofrece una experiencia mucho más que decente, con una increíble variedad de vehículos, desafíos y jugabilidad accesible para cualquier tipo de gamer. Un poco flojo desde el punto de vista de la jugabilidad con otros tipos de vehículos que no sean los automóviles, pero demostrando que es allí donde hicieron el buen trabajo. El juego no innova precisamente, y lamentablemente tiene fuertes competidores enfrente, pero sí ofrece horas de diversión y contenido.