Nintendo tiene la increíble habilidad de mantener su toque mágico, a veces pareciera que Nintendo no tiene nada preparado y sale de la nada con estas joyas. Un juego que la verdad todo el mundo lo estaba pidiendo (yo incluido), porque pese a que no lo jugué la verdad que me daba ganas de probarlo, y creo que Nintendo se cansó y trajo de la tumba uno de los mejores juegos de Paper Mario que haya jugado jamás.
El universo de Paper Mario no necesita introducción para los fans de Nintendo, pero este título en particular brilla con luz propia. A diferencia de otros juegos de Mario, The Thousand-Year Door combina elementos RPG con el clásico estilo de plataformas por lo que vamos a tener pantallas en las que vamos a tener que pelear con enemigos en unas peleas por turnos que son clásicas de la franquicia, y en otras vamos a tener que saltar, entrar en tubos y usar un sin fin de habilidades (tanto nuestras como de nuestros compañeros de equipo) que vamos a ir obteniendo para poder alcanzar distintas zonas y progresar en la historia.
Desde el momento en que pones un pie en Rogueport (la primera ciudad del juego), te das cuenta de lo que te espera, personajes típicos de la saga Mario como Goombas pero que charlan, tienen personalidades, no son solo para ser aplastados por nuestro peso, tienen sueños, esperanzas y ganas de explorar este mundo tanto como vos y como yo.
La jugabilidad de Paper Mario: The Thousand-Year Door es un mix entre los Paper Mario actuales que mezclan un poco de puzzles en las peleas, y un JRPG clásico de toda la vida por turnos.
Las peleas contra los enemigos normales van a tener una pequeña dosis de puzzle, algunos vuelan por lo que vamos a tener que pisarlos para llevarlos al suelo para poder hacer que otros ataques conecten, otros tienen sombreros con pinches que hacen que nuestros pisotones no sean efectivos.
Después vamos a tener ataques especiales, ataques combinados con nuestros compañeros y algo loco como que el público (si, hay un público que nos observa como si fuese una obra de teatro mientras peleamos) que nos van a ayudar a que nuestros ataques especiales ocurran más seguido, o quizás nos tiren algo para lastimarnos o ayudarnos, por lo que a veces hay que estar atento a que audiencia nos está mirando y que tienen entre sus manos.
Todos esto y más hace del combate de Paper Mario una experiencia entretenida, interactiva y un juego que, aunque quizás no seas fanático de los JRPGs por turnos te prometo que te va a gustar.
Pero las estrellas de este juego como no podía ser de otra manera son los jefes, que en muchos casos van a sorprendernos con locuras totales, vamos a tener combates contra múltiples enemigos a la vez, concursos de preguntas y respuestas, estas peleas si terminan siendo un puzzle en sí mismo y cada combate contra un jefe lo esperaba con una sonrisa queriendo ver que me con que me iba a sorprender tras las mínimas pantallas de carga que tiene el juego.
Algo interesante de las batallas, es que cada ataque que hagamos va a requerir algún tipo de interacción de nuestra parte, ya sea apretar el botón A en el momento que Mario golpea la cabeza a nuestros enemigos con un salto para hacer más daño, como mover el direccional en el momento adecuado cuando golpeamos con el martillo, estos pequeños Quick Time Events, llamémosles, durante la batalla le dan un pequeño toque interactivo, y pese a que quizás uno piense que puede ser repetitivo no lo es, ya que rara vez vamos a utilizar el mismo ataque constantemente en batalla.
Visualmente, el juego es un deleite y me sigue sorprendiendo como sigue dando que hablar la consolita de Nintendo ya más de 7 años desde su lanzamiento. El estilo artístico de papel y las animaciones fluidas y detalladas hacen que cada escena sea un placer para la vista. Desde los coloridos paisajes de Petal Meadows hasta los misteriosos corredores de la Twilight Town, cada área está cuidadosamente diseñada para sumergirte en el mundo de papel. Las animaciones durante las batallas, como Mario desplegándose en diferentes formas (obviamente se transforma en un avioncito de papel) o todos los movimientos especiales que los compañeros de batalla y Mario van a usar a lo largo de toda la aventura.
La historia de The Thousand-Year Door es uno de sus puntos más fuertes, y eso es un montón para un juego de Mario, escúchenme con atención porque los va a atrapar a ustedes también.
Mario se embarca en una aventura para salvar a la princesa Peach, hasta ahí la novedad es nula, pero sigamos.
La princesa esta vez no es capturada, sino que desaparece misteriosamente tras enviarle a Mario una carta comentándole sobre una puerta que oculta un gran tesoro, y que debe empezar su búsqueda en la ciudad de Rogueport, para poder abrir esta puerta vamos a necesitar los siete cristales estelares.
La princesa no aparece por ningún lado, pero por suerte vamos a tener compañeros como Goombella, una erudita goomba, Koops, una tortuga tímida, y Vivian, una sombra misteriosa, personajes que más allá de ayudarnos en batalla nos van a aportar a la historia.
Por ejemplo, Koops una tortuga tímida, retraída, que deja todo atrás y decide sumarse a Mario en su aventura para demostrarle a todos y especialmente a sí mismo que tiene coraje y puede lograr lo que se propone, por más que tenga miedo y no esté tan seguro de sí mismo.
La narrativa está llena de giros, momentos emotivos, divertidos y humor característico de la serie así que a menos que esperen algo demasiado elaborado los va a enganchar.
Hasta los diálogos con los NPCs suelen ser interesantes, y no solo nos van a aportar un poco de contexto sobre dónde estamos y hacia donde vamos, sino que a diferencia de muchos RPGs nos van a dar ganas de leer lo que nos van a ir contando.
Uno de los aspectos que más me impresionó es el equilibrio perfecto entre desafío y accesibilidad. Los puzzles y combates requieren pensamiento estratégico, pero nunca se sienten imposibles o aburridos, o que sean dirigidos a los más chicos, algo que a veces los más grandes podemos temer al agarrar un juego de Mario.
Además, la posibilidad de volver a explorar áreas anteriores con nuevas habilidades asegura que siempre haya algo nuevo por descubrir, como vamos obteniendo nuevas habilidades tanto nosotros como nuestra party nos va a ser muy útil volver a zonas ya exploradas para ver si hay algún puzzle que ahora podamos resolver gracias a nuestras nuevas habilidades. La rejugabilidad es alta, con misiones secundarias, secretos ocultos y el deseo de completar al 100% cada capítulo de esta épica aventura.
La música de Paper Mario: The Thousand-Year Door es inolvidable. Cada tema, desde las melodías alegres de Rogueport hasta las tensas notas de las batallas contra los jefes, complementa perfectamente la atmósfera del juego. Los efectos de sonido, cuidadosamente diseñados, añaden una capa extra de inmersión, desde el golpe satisfactorio del martillo de Mario hasta los crujidos de papel que acompañan cada movimiento.
Esto siempre es un aspecto para recalcar de juegos de Mario, lo perfectamente cuidado que están todos los elementos del juego, tantos sonidos, música, gráficos, una maravilla.
Ahora que lo jugué me puedo sumar a los que dicen que Paper Mario: The Thousand-Year Door es un clásico indiscutible que todos los fans de los juegos de rol y plataformas deben experimentar, creo que, tanto para los nuevos jugadores como yo, como aquellos que lo jugaron en la Gamecube van a encontrar algo para amar y divertirse, o solo una gran dosis de nostalgia que no les va a venir mal. Nintendo logró crear un juego que no solo se mantiene fresco después de todos estos años, sino que también establece un estándar para lo que un juego de Mario puede ser en términos de narrativa, jugabilidad y diseño artístico. Es un viaje encantador, desafiante y absolutamente entretenido que deja una huella duradera en cualquiera que se aventure a cruzar su puerta milenaria.