Plataforma:  PC | PS4 | PS5 | Xbox One | Xbox Series X/S | Google Stadia | Nintendo Switch
Género: Acción | Aventura
Desarrollador: Ubisoft Quebec
Editor: Ubisoft
Lanzamiento: 3 de diciembre de 2020
Precio: U$S 40,43 Epic Games | U$S 59.99 PS4/PS5 | $3.599,00 Xbox One – Series X/S | $ 3.599,00 Nintendo Switch
Idioma: Audio y Textos en Inglés y Español

A mediados del año 2019, durante la conferencia E3, Ubisoft presentaba un nuevo título que estaba siendo desarrollado por Ubisoft Quebec, la desarrolladora responsable de traernos Assassin’s Creed Odyssey. Esta nueva IP, llamada en su momento Gods & Monsters, nos llevaría nuevamente a la mitología Griega bajo la premisa de ser nosotros los salvadores de los dioses del olimpo. Luego de unos problemas legales con el nombre, el título tuvo que ser rebautizado como Immortals Fenyx Rising, el cual analizaremos a continuación.

Así, el 3 de diciembre salió al mercado este título de acción y aventura de mundo abierto que nos pondrá en la piel de Fenyx, protagonista de esta historia y quien deberá hacer frente a impresionantes monstruos mitológicos para salvar el día.

La historia da comienzo con Zeus visitando a Prometeo, quien se encuentra condenado por robar el fuego del Olimpo para dárselo a los humanos, solicitando su ayuda para derrotar al titán Tifón. Este titán, que juro destruir a Zeus y el Olimpo por haber derrotado a los titanes y quien se liberó de su prisión, abrió las puertas del inframundo logrando así que monstruos comiencen a hacer estragos por el mundo de los hombres, además de haber quebrado a todos los dioses. En este marco es como da comienzo la historia que cuenta Prometeo, con Fenyx como personaje central, con un tinte de humor que puede resultar básico pero efectivo.

Immortals Fenyx Rising

Fenyx será el/la único/a sobreviviente de un naufragio, arribando a la Isla Áurea, creada por Dédalo como regalo para los dioses y la cual se encuentra azotada por la maldad de Tifón, con todos los humanos petrificados y los dioses en desgracia. El juego nos da la posibilidad de personalizar el aspecto de Fenyx, seleccionando su sexo, su peinado, color de piel y muchas cosas más, aunque es verdad que el repertorio de selección me resultó algo limitado. Una vez que Fenyx se despierta, comienza esta aventura que tomó por sorpresa a más de uno.

Esto es debido a que aunque una vez que comenzamos el juego, no podemos dejar de ver las referencias que Immortals Fenyx Rising hace a títulos como Assassin’s Creed Odyssey (a fin de cuentas, es el mismo estudio desarrollador) y a The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero sin ser una copia de ellas. Toma lo mejor de cada uno para ofrecernos una experiencia de juego realmente gratificante. Aunque la historia es relativamente simple, el humor con el que nos cuentan la epopeya de Fenyx le da un toque extra que es muy bien recibido, algo que no es costumbre en este estilo de juegos. Particularmente, las interacciones entre Zeus y Prometeo a veces terminan arrancándonos una risa bastante fuerte.

Igualmente, hay dos cosas que a mi parecer son lo mejor del juego, siendo una de ellas sin lugar a dudas su gameplay. Tenemos un mundo abierto a nuestra disposición donde podremos ir y hacer lo que queramos, sin ningún tipo de ataduras una vez que conseguimos las alas de Dédalo. Igualmente si nos estamos acercando a una zona peligrosa o si necesitamos una habilidad específica, el juego nos envía un mensaje para que lo tengamos en cuenta, aunque igualmente nos deja hacer lo que nos plazca.

Immortals Fenyx Rising

A medida que avanzamos en el juego vamos descubriendo cofres que contendrán distintos accesorios para Fenyx, entre los que encontraremos espadas, hachas, armaduras, cascos y más, todos ellos con características diferentes que mejorarán cierto tipo de habilidad o nos otorgará un beneficio específico, como mayor barra de salud, mejor resistencia o aumento de daño, entre otros. Algo que agradecí y mucho fue la posibilidad que nos da el juego de tener equipada una armadura pero visualmente seleccionar otra. Esto nos da la posibilidad de no modificar el estilo visual de Fenyx, pudiendo seleccionar el que más nos guste, sin sacrificar la habilidad de un arma o casco que sea mejor que el que tenemos puesto.

Al ser un mundo abierto, la Isla Áurea es amplia para recorrer a pie, algo que puede resultar una difícil tarea sin ayuda. Es por eso que a lo largo de la isla encontraremos diversas monturas que podremos caputar y que podemos llamar en cualquier momento, sin importar donde la hayamos dejado. Así, podremos cabalgar a lomos de ciervos, caballos y si tenemos suerte hasta del mismísimo Pegaso. Podremos además escalar y nadar por toda la isla, debiendo estar atentos en todo momento a nuestro medidor de energía, ya que si se acaba corremos el riesgo de acabar con nuestro protagonista.

En Immortals Fenyx Rising la Isla Áurea está dividida en 7 zonas, cada una realizada en homenaje a un dios. Así, iniciamos la aventura en la zona del dios Hermes, quien es el primero en ayudar a Fenyx en su lucha contra Tifón; cada zona tiene una estatua gigante del dios a la que pertenece, y deberemos subir hasta lo más alto de esta para desbloquear la niebla que rodea el mapa con el fin de ver todos los tesoros que se esconden en el.

Una vez que el mapa está claro, podremos encontrar los distintos objetos que nos servirán para mejorar las habilidades de Fenyx. Así, la ambrosía nos permitirá mejorar nuestra salud, minerales para utilizar en la fragua de Hefesto y así mejorar nuestro equipamiento y ver los altares donde escucharemos unas canciones que deberemos reproducir en arpas gigantes que nos otorgarán beneficios como las monedas de caronte, las cuales cambiaremos para poder desbloquear nuevas habilidades de combate. Desperdigados por toda la isla habrá además puzzles que deberemos completar para avanzar en la historia o para conseguir mejor equipamiento.

Immortals Fenyx Rising

Junto con esto, podremos visualizar las Cámaras del Tártaro, similares a los Santuarios de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Allí, nos zambulliremos al inframundo para completar los desafiantes puzzles que Tifón preparó para nosotros y cuya recompensa, en caso de completarlos, serán rayos de Zeus que nos servirán para mejorar la resistencia de nuestro protagonista. Es verdad que hay puzzles que resultan similares a los del título de Nintendo, pero esto no significa que Immortals Fenyx Rising no tenga personalidad propia, siendo sobre todo que algunos de ellos son extremadamente desafiantes. Todas las mejoras las podremos realizar en el Salón de los Dioses, donde además encontraremos un tablero con misiones diarias que podremos completar para obtener recursos y objetos de gran valor.

Los controles son fluidos y aunque parecen complicados al principio -cuando obtenemos las habilidades de Fenyx y vamos aprendiendo su uso- luego de poco tiempo ya estamos realizando combos con la espada, el hacha y mucho más que no digo para que cada uno pueda disfrutar su experiencia de juego. Como todo juego de acción, deberemos recorrer la isla saltando, nadando, bloqueando, esquivando y planeando.

Por su parte, los enemigos son complicados en su justa medida (siempre se puede subir más la dificultar, pero eso está en cada uno), y aunque puede que terminen siendo fáciles de derrotar, cada uno posee una habilidad distinta a la que deberemos encontrarle la vuelta para poder vencerlo. Los jefes finales que irán apareciendo tampoco suponen un desafío extremadamente complicado, pero algunos nos harán las cosas bastante difíciles y deberemos ser muy buenos para derrotarlos.

Immortals Fenyx Rising

Esto es solamente una parte de lo que podemos hacer en el mundo que Ubisoft creó para Immortals Fenyx Rising, siendo una mera introducción para las posibilidades que poseen los jugadores de perderse en esta mitológica tierra y deambular por sus hermosos escenarios, lo que me lleva al apartado gráfico del título, otro de los grandes puntos del juego.

Me parece muy acertado el estilo seleccionado por los desarrolladores, ya que el tono cuasi caricaturezco del juego acompaña perfectamente el tono descontracturado y hasta cínico que se da gracias a la historia contada por Prometeo y Zeus. Un detalle que noté varias veces fue que el lip sync no coincidía con el gesto del personaje, aunque esto no es algo que arruine la experiencia de juego.

Al jugarlo en una Xbox Series X, los tiempos de carga eran prácticamente inexistentes, y no hubo un momento en el que el juego haya sufrido de tirones. Esto habla en primer lugar de la potencia de las consolas de nueva generación, así como del gran trabajo realizado por los desarrolladores, ya que aunque el estilo del juego no es muy realista, al ser un mundo abierto cargado de vida esto puede llevar a una caída de FPS, algo que nunca sucedió.

La música, desarrollada por Gareth Coker, quien fuera compositor de las bandas sonoras de Ori and the Blind Forest y Ori and the Will of the Wisps, es otro de los puntos altos del juego. A veces la banda sonora puede sonar exagerada, pero es justamente lo que buscaba Coker debido al tono que posee el juego, regalándonos grandes canciones. Puntualmente, la transición entre la exploración y el combate fue lo más llamartivo, realizándose de una forma brusca pero efectiva. Finalmente, el juego se encuentra tanto en inglés como en español, pudiendo seleccionar la combinación de idiomas que más nos guste.

Immortals Fenyx Rising

Para cerrar, y a modo de conclusión, podemos decir que Immortals: Fenyx Rising es un título que se disfruta de principio a fin. Aunque no innova en nada -pero tampoco intenta hacerlo-, sabe que es un juego que fue inspirado por otros que sentaron un gran precedente en la industria, pero toma lo mejor de ambos para realizar un juego que claramente posee una identidad propia y que, aunque no es una obra maestra, es una gran experiencia de juego y que sorprenderá a más de uno. Igualmente, no puedo dejar de tener la sensación que un poco más de profundidad en algunos aspectos podrían haber mejorado de forma sustancial el resultado final, pero esto no quita que sin lugar a dudas es uno de esos títulos que no se debe dejar pasar la oportunidad de jugar.