Así como si de una discusión entre amigos se tratara, For Honor empareja tres clases de guerreros legendarios en el campo de batalla: Samuráis, caballeros y vikingos.
Esta nueva franquicia de Ubisoft nos sitúa en un mundo fantástico donde un desastre natural (nunca se aclara exactamente que paso) hace que las tres civilizaciones mencionadas anteriormente se encuentren en una lucha a muerte por el nuevo territorio. Apollyon, una guerrera toma control de la facción de los caballeros, la Legión Blackstone, y empieza una campaña donde la señora de la guerra intenta que los tres grupos se entrelacen en una guerra eterna tan solo por el beneficio de eliminar a los débiles y que los guerreros tomen el control.
For Honor es un juego de acción en tercera persona comparable a algo como Dynasty Warrior tal vez, pero con la diferencia que el combate no es algo que simplemente debemos apretar botones hasta que el oponente muera sino que cuenta con un sistema de ataque/defensa único en el debemos elegir el angulo por el cual realizaremos los ataques (izquierda, derecha o superior) y el oponente debe responder con la misma defensa, caso contrario en pocos golpes morirá.
Esto hace que los combates se tornen tácticos, instintivos y nos hacen sentir una tensión que los juegos multijugador no me hacían sentir hace mucho tiempo, porque cuando nos enfrentamos mano a mano contra un samurái con hacha vikinga en mano, sintiendo como las tropas menores, enemigos controlados por la IA que mueren de un solo golpe, se enfrentan, la tensión que provoca saber que un error puede costarnos la vida es extraordinaria.
For Honor a pesar de requerir de una conexión a internet todo el tiempo cuenta con un modo campaña que también puede ser jugado cooperativamente por internet. Esta campaña está dividida en tres capítulos, una por cada facción que contienen 6 misiones cada una.
Esta campaña es uno de los puntos más débiles del juego, ya que fácilmente podría calificarse de un tutorial extendido, porque vamos cambiando de clase solamente para poder probarlos e intentar diferentes cosas antes de adentrarnos en el modo multijugador.
La historia contada en este modo deja mucho que desear, los personajes no cuentan con personalidad, a la gran mayoría ni siquiera les vemos la cara y siempre están con su armadura y gracias a esto pierden individualidad, haciendo que no tengamos ninguna conexión con ellos y solo nos sintamos como un personaje anónimo con la misión de matar rivales sin ningún motivo mayor.
Esto se transfiere también a Apollyon, uno de los pocos personajes con nombre (Y si el resto tienen, están tan poco presentes que ya ni los recuerdo) Es una villana con una motivación básica y sin ningún tipo de trasfondo como para justificar porque prefiere provocar una “guerra mundial” a simplemente ganar y terminarla.
Algo que me molesto de sobremanera es que todos los bandos, aun cuando hablan su idioma original en algunas situaciones, samuráis en japonés por ejemplo, hablan en perfecto inglés cuando dialogan entre ellos. Algo que no sé porque aún se hace, supongo que tendrá que ver con la “vagancia” del publico de leer subtítulos, pero hace que aun cuando cada bando está diseñado distintivamente, desde el estilo de pelea, hasta en sus armaduras, pierdan identidad. Una lástima en un juego que se esfuerza en diferenciar a cada uno de ellos.
Como mencione anteriormente esta campaña es mas para prepararnos para el plato fuerte, el multijugador.
Los modos online que posee For Honor se separan en varios tipos de batalla dependiendo de cuantos personajes haya en cada bando, podemos jugar un duelo 1 vs 1, al estilo juego de pelea, por rounds, en equipos de 2 vs 2, que suelen terminar en el momento en que el primer miembro de un equipo muere, ya que enfrentarse solo a dos personas es casi imposible (pero extremadamente satisfactorio cuando lo logramos) o 4 vs 4 en el que debemos capturar y mantener el dominio de cada uno de los tres puntos principales del mapa para sumar puntos, el primero en llegar a 1000 puede ganar la partida, pero primero debe eliminar al equipo contrario, que no podrá revivir mientras el rival cuente con 1000 o más puntos en su contador.
Destacar lo divertido y adrenalínico del multijugador viene de la mano de también decir los problemas que esto trae. Como suele pasar en esta clase de juegos el público levita a un modo solamente dejando al resto con muy poca población y puede tomar un buen rato encontrar una buena partida de 2 vs 2, ya que le grueso de la gente está en el 4 vs 4. Esto sumado a constantes problemas de conexión hacen que por más que uno muera de ganas de recomendar For Honor y juntar un grupo de amigos que acompañen se complique, ya que más de una vez en medio de una partida tuve errores de servidor que me mandaban al menú principal.
Como las empresas ya nos tienen acostumbrados, For Honor cuenta con microtransacciones, podemos comprar acero que podemos gastar en cajas que nos dan diferentes equipamientos que mejoran las estadísticas del nuestros guerreros, guerreros que también cuesta acero desbloquear. Contamos con un guerrero básico de cada una de las civilizaciones y desbloquear el resto cuesta 500 por cabeza (un total de 4500 para tener el equipo completo) y entre 300 y 500 por cajas que contienen equipamiento al azar para el personaje que estemos usando.
Al principio podemos sentirnos en desventaja porque el juego nos suele emparejar con gente que esta unos cuantos niveles más altos que nosotros, pero no toma más de un par de horas armar un personaje que pueda competir a la par del resto de los guerreros. En caso de querer equipar a más de uno de nuestro pelotón, tenemos que cumplir órdenes diarias que varían en “ganar X cantidad de partidas en un modo” a “matar soldados en X modo”. Esta repetición puede ser tediosa y puede ser problemática a largo plazo si el público solo se centra en ciertos modos y abandona el resto.
For Honor no revoluciona el género pero logra que cada una de las batallas que tenemos sean únicas, sangrientas, sucias y satisfactorias. Cuando una partida se está por definir y vemos que todos mueren y se resume a un mano a mano entre un caballero y un samurái, que se mueven lentamente, midiendo cada movimiento For Honor está en su mejor momento. Es una lástima que cuente con puntos flojos como la campaña y las microtransacciones.