Los sistemas propietarios que Nintendo habría utilizado de forma ilícita responden a los títulos de “Dispositivo de Control de Cuerpo Virtual” y “Sistema de Interfaz de Usuario Basado en un Dispositivo Señalador”. En el primer caso la tecnología descrita incluye capacidades de detección de movimiento y modelado virtual, mientras que el segundo registro se refiere a interfaces de juego basadas en accesorios que hacen uso de cámaras y de procesamiento de imágenes.
Philips declara que avisó de la infracción a la firma japonesa en diciembre de 2011 vía correspondencia, por lo que denuncia una violación deliberada de las tecnologías listadas. El fabricante de los Países Bajos pide una compensación de hasta tres veces los daños causados por las faltas y una orden judicial para suspender preventivamente las ventas de los productos infractores en Estados Unidos.
Esta no sería la primera vez que la gran N se cita en los juzgados por disputas con la propiedad de la tecnología de sus máquinas. A principios de este año un antiguo ingeniero de Sony consiguió un porcentaje fijo de cada 3DS vendida por infringir su patente de pantallas tridimensionales sin gafas. Por otra parte, Nintendo se libraba hace unos meses de una demanda sobre la tecnología de procesadores utilizada en sus portátiles.
Todavía sin declaraciones oficiales de las partes implicadas, la posible paralización preventiva de las ventas de Wii U en Estados Unidos llegaría en uno de los peores momentos de la última sobremesa de Nintendo. Una dificultad añadida a la intención comunicada por Satoru Iwata de no abandonar Wii U hasta que los consumidores estén “satisfechos” con la consola.