La familia Edge 60 de Motorola llega con una idea clara: ofrecer un diseño elegante, buena potencia y cámaras competitivas, sin importar si se trata del modelo base, el Fusion o el tope de gama Pro. Pero claro, cuando los tres teléfonos se ven tan parecidos por fuera, la verdadera diferencia está en la experiencia cotidiana. Por eso, pasamos unos días probando cada uno, llevándolos al límite en juegos, fotos, redes sociales y batería, y te contamos cómo se siente vivir con cada uno.
Desde el primer contacto, el diseño es un punto en común que no decepciona. Los tres equipos comparten esa estética curvada y delgada tan característica de Motorola, con protección IP68/IP69 contra agua y polvo, y una sensación en mano que transmite calidad. Pero donde empiezan a notarse los matices es en la pantalla. Aunque todos comparten un panel pOLED de 6,67 pulgadas y tasa de refresco de 120 Hz, hay diferencias en el brillo y calibración. El Edge 60 Pro, por ejemplo, ofrece colores más vivos y mejor visibilidad en exteriores, mientras que el Fusion queda un peldaño por debajo, aunque lejos de ser una mala pantalla.
En el uso diario, el rendimiento es el terreno donde más se distingue al Edge 60 Pro del resto. Equipado con el chip Dimensity 8300 Ultra y acompañado por 12 GB de RAM, vuela en todo: juegos pesados, edición de fotos, multitarea exigente. Es un teléfono que no se inmuta ni con títulos como Genshin Impact o Call of Duty Mobile en calidad alta. En cambio, el Edge 60 y el Fusion montan el mismo Dimensity 7300, un chip que se desempeña correctamente en tareas cotidianas y juegos livianos, pero que muestra ciertas limitaciones cuando se exige al máximo. Aun así, para quienes no buscan potencia bruta, estos dos cumplen más que bien.
Pero si hay un aspecto donde el Pro saca más ventaja, es en las cámaras. Su sensor principal de 50 MP con estabilización óptica, sumado a una cámara ultra gran angular de otros 50 MP y un teleobjetivo 3x de 10 MP, lo convierten en el más versátil de los tres. Las fotos de día son excelentes, con colores equilibrados y buen rango dinámico, pero es en condiciones de poca luz y con zoom donde realmente marca la diferencia. El Edge 60 también cuenta con una buena cámara principal de 50 MP con OIS, pero carece de zoom óptico, lo que se nota en retratos y tomas lejanas. El Fusion, por su parte, ofrece resultados decentes con su sensor principal de 50 MP y una cámara secundaria ultra gran angular de 13 MP, aunque en fotos nocturnas pierde nitidez y detalle frente a sus hermanos mayores.
La cámara frontal también mejora a medida que se sube en la gama: mientras el Fusion incorpora una selfie de 32 MP, el Edge 60 y el Pro comparten un sensor de 50 MP que sorprende tanto por definición como por colorimetría. En videollamadas y selfies nocturnas, el salto se nota, especialmente en el Pro.
En cuanto a batería, los tres están muy parejos. El Edge 60 y Fusion montan una batería de 5000 mAh con carga rápida de 68 W, más que suficiente para llegar al final del día sin sobresaltos. El Pro, sin embargo, sube la apuesta con una batería de 4600 mAh pero con carga de 125 W, que literalmente recarga el 100% en menos de 20 minutos. Además, es el único de los tres con carga inalámbrica, ideal para quien busca más comodidad y menos cables.
Motorola mantiene su sello de software limpio en los tres, con Android casi puro y algunos agregados útiles como gestos, capturas rápidas y personalización de temas. En los tres modelos la experiencia es fluida y sin bloatware, algo que se agradece.
Entonces, ¿cuál elegir? El Edge 60 Pro es ideal para quienes quieren lo mejor que Motorola ofrece sin llegar al segmento ultra premium: es potente, muy completo en cámaras y con una carga rápida que impresiona. El Edge 60 queda en el medio como una opción equilibrada para quienes buscan buena calidad fotográfica, rendimiento confiable y diseño atractivo. Y el Fusion es el más accesible, pensado para quienes quieren un teléfono bien construido, con pantalla de calidad y suficiente poder para el día a día, aunque sacrificando un poco en cámara y extras.
Lo cierto es que Motorola encontró una fórmula sólida en esta familia Edge 60: elegancia, fluidez y cámaras competentes para todos los bolsillos. Y lo mejor es que, elijas el que elijas, no te vas a sentir con un teléfono limitado.
