La multinacional no ha alterado sin embargo su predicción de ingresos para el mismo año fiscal, ya que las pérdidas netas se deben a los costes de reestructuración de la empresa que han pasado factura al cómputo global. Los cambios en los departamentos provocarán 5.000 despidos para el próximo marzo, de los cuales 1.500 se producirán en Japón.
Los mejores resultados de la compañía provienen de su división de videojuegos que ha experimentado un aumento de ventas del 64,6% gracias al lanzamiento de PlayStation 4. Sony ha reconocido que los beneficios de este departamento (que se sitúan en 18.000 millones de yenes o 131 millones de euros) se han visto afectados negativamente por un descenso en las ventas de PS3 en el último trimestre así como por los costes de fabricación de su sucesora.
Por su parte, la división de móviles y comunicación de Sony (que hasta ahora incluía la venta de PCs) aumentó un 44,8% sus ingresos debido a un “incremento significativo de la venta de unidades de teléfonos inteligentes”. El departamento audiovisual aumentó un 24,8% gracias a la venta de televisores LCD, cuyos modelos 4K UHD de alta gama serán el principal objetivo de la nueva escisión de la compañía.
El departamento de entretenimiento, una de las divisiones más cuestionadas de la compañía, aumentó un 7,1% sus ingresos pero sufrió una caída de 4,3 puntos en beneficio operativo. Sony ha destacado el rendimiento de la serie Breaking Bad en servicios de streaming así como la taquilla de Capitán Phillips y Lluvia de Albóndigas 2.