La primera impresión que uno puede tener al analizar un juego como Nioh es pensar “Es un Dark Souls, pero con samuráis”, pero al profundizar en el juego empecé a notar tanto las similitudes como las diferencias. Basado en esto, tomé la postura de intentar analizar a Nioh evitando lo más posible las comparaciones con otros juegos de From Software, (cosa que en cierto punto será imposible) pero sin quitar méritos a un juego que puede merecerlo por lo que logra con un nuevo género.
Team Ninja, creadores de juegos como Ninja Gaiden (los actuales), nos traen un juego que marca una diferencia entre su repertorio. Donde la acción es frenética y responder lo más agresivamente a un enemigo puede dar resultados, y nos pide que actuemos de manera estratégica, pensando cada movimiento y tomando cada enfrentamiento con cualquier enemigo, sin importar que tan débil sea, con respeto ya que una acción mal realizada puede llevar a una muerte prematura.
La historia está centrada en William Adams, que se embarca a un viaje al Japón de la era Sengoku en medio de una lucha de poder entre dos clanes, Tokugawa e Ishida, por tomar control del territorio mientras el misterioso Edward Kelley intenta aprovechar la situación para tomar el control. La historia, sin ser demasiado intrincada, se maneja de una manera simple tomando personajes, como el mismo protagonista William, de personajes históricos reales, como es costumbre en varios juegos de Koei que basa gran parte de sus franquicias en hechos reales, como Dynasty Warriors o Romance of the Three Kingdoms.
El foco principal de Nioh, en vez de la historia, es el combate. Cada una de las zonas en las que se divide el juego, separadas por capítulos, se nos presenta con misiones que en su mayoría son ir a X lugar del mapa y acabar con un jefe o con una horda de enemigos. Ambas de estas metas son complicadas por diferentes motivos, sea porque batallar con más de un enemigo a la vez requiere que seamos rápidos en buscar una buena ubicación (ya que meternos en una pelea con varios rivales es casi un suicidio), o porque cada jefe requiere que sepamos cómo funciona para evitar sus ataques y salir victoriosos.
Nuestro arsenal para cumplir esta misión es tan variado como queramos. Contamos con 6 diferentes armas, desde espadas hasta martillos o lanzas, y cada una de esas armas cuentan con su propio árbol de habilidades en el que podemos gastar puntos que ganamos al subir de nivel. Esto no es tan simple como suena, ya que al gastar nuestras Amrita (la “moneda” con la cual ganamos niveles) dependiendo de donde los gastemos ganaremos distintos puntos de habilidad, separados en: Samurai (puntos centrados en las armas mencionadas), Ninja (con los que ganamos la habilidad de diferentes ataques de sigilo o ítems con efectos positivos para nosotros o negativos para nuestros enemigos) y Onmyo ( magias que pueden ser desde mejoras a nuestra defensa a ralentizar un enemigo); y basado en esto podemos moldear a William de la manera que queramos, sea un samurái que usa doble espada y lanza o sino un ninja con habilidades mágicas.
La cantidad de armas puede parecer poca, pero de las 5 variedades de armas con las que contamos (6 incluyendo los puños) tenemos decenas. Cada uno de los enemigos que eliminamos suelen dejar distintas armas que hasta se diferencian en “Comunes”, “Raras” y demás como suele pasar en juegos como Diablo. Esto lleva a que en apenas un par de horas podamos contar con más de 100 armas diferentes en nuestro inventario de diferentes tipos, que pueden compartir su nombre pero no las habilidades o la calidad de ataque. El gran volumen con el que conseguimos ítems es un problema ya que con la gran cantidad que recibimos es muy difícil organizarlos y el juego no proporciona una manera eficiente de hacerlo.
Esto se aplica de igual manera a las armaduras que cuentan con la subdivisión de livianas, medias o pesadas, y dependiendo de nuestra fuerza (una de las estadísticas que podemos aumentar) puede aumentar nuestra defensa pero limitar nuestra movilidad así como cuanta vitalidad (llamada “ki” en este juego) gastamos en cada ataque.
Todos estos ítems no solo se encuentran presentes en la campaña, sino que también podemos conseguirlos durante misiones secundarias que reutilizan mapas de misiones pero con diferencias en el recorrido o cosas similares, además de misiones “Twilight” o “Crepúsculo” que tienen una gran dificultad pero dan mucho mejor armamento.
Una de las mecánicas que diferencia a Nioh, es que contamos con una técnica llamada “Ki pulse” o “pulso de Ki”. Esto hace que cuando atacamos repetidamente podamos recuperar gran parte del ki utilizado y así evitar quedar fatigado y a merced de nuestros enemigos. Esta habilidad le da una dinámica diferente, que aunque se maneja de la misma manera que otros juegos en el género haciendo que cada ataque sea un compromiso y si fallamos quedar expuestos, con este pulso de ki, podemos estar enfocados de una manera un poco más ofensiva y no tan pasivamente.
Además de la variedad de armas, William también cuenta con tres posturas al momento de atacar: baja, media y alta. Cada una de ellas trae diferentes beneficios como por ejemplo: mas velocidad, menos daño o más daño por menos velocidad.
Para cerrar lo que es nuestro arsenal contamos con un espíritu guardián que nos acompaña y nos da diferentes tipos de mejora, como daño elemental o defensas específicas, además de poder invocarlos como armas vivientes. Con esta acción nuestra arma se ve envuelta del elemento que corresponda a nuestro guardián de turno y somos invulnerables por un tiempo.
En recompensa por variar nuestro estilo de pelea el juego cuenta con un sistema interno de logros, que cuentan con diferentes objetivos del estilo “Enemigos matados con X arma”. Estos logros no son solo para presumir, ya que nos dan puntos de prestigio que podemos usar para mejorar ciertos aspectos como el porcentaje que nos sanamos con un elixir o el dinero que dejan los enemigos.
La manera en el que juego nos da dinero es bastante generosa y lo podemos utilizar en nuestra base para combinar armas, cosa que es útil si nos sentimos a gusto con un arma y queremos seguir usándola a pesar de que sea vieja, ya que podemos unirla a un arma nueva y esta sube de nivel para estar a la altura de las circunstancias. Esto se aplica de igual manera a las armaduras. Además de combinar podemos crear nuevo equipamiento a base de receta que vamos consiguiendo en el transcurso del juego.
Dentro de ese menu se encuentra algo que puede prolongar las horas de juego al infinito, porque al combinar las armas tambien podemos traspasar habilidades, cosa que puede llevar a intentar tener el arma perfecta con las estadisticas puntuales que queremos
El juego cuenta también con un modo online, en el que nuestro William puede ir al mundo de otro William y ayudarlo en combate, algo que sucede de manera bastante simple y fácil, y podemos invocar a un aliado desde cualquiera de los pequeños templos donde descansamos dentro del mapa.
A pesar de toda la explicación sobre las mecánicas y diferentes opciones proporcionadas por el juego siento que todavía no hice nada para diferenciar a Nioh de otros juegos del género, que es algo que Nioh logra en creces. Cuenta con una estética propia, con un estilo que nos transfiere a un lugar oscuro en una época de la historia de Japón muy explorada en otros juegos pero nunca de esta manera. Los jefes son, obviamente, lo más destacable del juego y mientras mas nos adentramos mejores son, jefes como Orochi o Gasha-Dokuro hacen notar el trabajo fuerte que hubo detrás del diseño de estos encuentros. Y en los lugares que se lo permite, cuando no estamos en una cueva por ejemplo, la arquitectura refleja el lugar y la época impecablemente.
La variedad de opciones que tenemos a la hora de pelear es lo que hace de Nioh no solo un juego más de este tipo, sino lo que lo hace un estar a la altura del resto. Todas las armas nos dan una forma diferente de jugar, de manejar y defendernos: un martillo con armadura pesada puede ser un tanque a la hora de pelear pero eso no quita que jugar con doble espada y armadura liviana sea una mala opción. Todas son viables y esto es lo que mejor hace.
Nioh es un RPG de acción refinado, desafiante, divertido (a su violenta manera de verlo) y tal vez no para todos, pero las personas que quieren un juego que avance la fórmula y no que solo intente imitarla se va a encontrar con un fuerte contendiente a juego del año.