Si algo demostró Level-5 con la franquicia de videjuegos de Ni No Kuni es que saben contar buenas historias, pero sin llegar a gastar a los personajes. Ambos títulos cuentan con un argumento solido construido sobre el elemento argumental de que existen “Dos mundos” conectados entre si. El pasado 16 de Enero llegó a la plataforma de Netflix la película basada en dicho juego: Ni No Kuni. Esta obra nos plantea un nuevo argumento original que explota la temática ya mencionada, pero intenta ir más allá. A continuación te cuento mis impresiones sobre esta viaje de amistad en un mundo que me resulta muy familiar.

Siempre que me enteró que van a adaptar un videojuego al anime me produce una extraña sensación agridulce de felicidad por un lado, pero por otro miedo, miedo de que arruinen la hermosa experiencia que me dejo el juego. Por fortuna al leer que el guión fue escrito por Akihiro Hino, presidente de Level-5, y la dirigía Yoshiyuki Momose, veterano animado del Studio Ghibli, mis miedos se disiparon. Pero igual trate de mantenerme con las expectativas bajas, para no encontrarme con algo que no es.

La historia tiene lugar en Estavania (Evermore), el mismo reino en donde transcurren los hechos de Ni No Kuni II: El renacer de un reino. Pero en esta ocasión se introducen nuevos personajes: Yü y Haru por un lado y su amiga de la infancia Kotona. Un día, los mundos se entrelazan, y terminan en el otro mundo en donde el alter ego de Kotona es la princesa Asya. No quiero dar muchos detalles para no spoilear, pero básicamente el viaje tiene como objetivo proteger a sus seres queridos y acabar con el villano de turno. Si te lo estas preguntado, podes ver esta película sin haber jugado a los videojuegos, pero desde mi punto de vista se disfruta más si jugaste a dichos juegos (por lo menos al 1).

En cuanto a la animación, en más de una ocasión vamos a pensar que nos encontramos ante una obra del Studio Ghibli, esto se debe en parte a que dicho estudio estuvo involucrado en el desarrollo del primer juego; y si venimos de ahí lo vamos a asociar de forma inconsciente con Ghibli. Si bien, ellos no están detrás de esta obra, trabajan varias personas de dicho estudio, por eso es inevitable la relación. Es una obra que se inspira de las mejores cosas del legendario estudio, pero que a su vez intenta marcar su propia identidad, esto le sale bien a medias.

Tanto el modelado de los personajes, como los escenarios son realmente muy buenos, lo único que no me termino de convencer fueron las escenas de los combates. Son pocas, pero no se le saca provecho y se omiten muchos detalles, el enfrentamiento final nos deja con unas tomas para el olvido, una verdadera lastima. Por su parte la banda sonora es excelente, esta compuesta por el maestro Joe Hisaishi reconocido por las OST de La princesa Mononoke y El viaje de Chihiro por mencionar algunas obras; por lo tanto no hace falta decir más nada, su trabajo es impecable.

Ya para ir cerrando, me quedo con sentimientos encontrados y un sabor agridulce en la boca. Me costo mucho puntuar, por que por un lado la película cierra bien, quedas satisfecho con el final. Tiene referencias hacía la saga de videojuegos, todo esto esta muy cuidado y los personajes me encantaron. Pero por el otro no puedo decir que es perfecta, ya que considero que no estuvo a la altura de lo que prometieron ¿A que me refiero con esto? Básicamente que en 1 hora y 46 minutos es muy poco tiempo para lo que quisieron contar.

Sentí que muchas escenas terminaron de forma abrupta, dejando huecos argumentales, se nota que esta muy apresurado en ciertas partes. No explican mucho, asumen que uno ya sabe todo, pero dejan fuera de contexto muchos elementos. Termina siendo una verdadera lastima que no le encontraron la vuelta con esta película, podría haber sido una joya pero se quedo a medio a camino.