Plataforma: Xbox Series | Xbox One | PS4 | PS5 | PC | Nintendo Switch |
Género: Simulación |
Desarrollador: SMG Studio, Devm Games |
Editor: Team17 |
Fecha de lanzamiento: 15 de Agosto de 2023 |
Precio: Xbox: $4200 – PS: $24.99 – PC (Steam): $4200 – Switch: $ 7500 |
Idioma: Textos en Español |
En el ya muy movido año que estamos teniendo para el mundo de los videojuegos, “Moving Out 2” emerge como una secuela que expande su horizonte, brindando nuevas posibilidades y desafíos en el arte de la mudanza. Siguiendo la exitosa fórmula de su predecesor, esta entrega promete no solo familiarizar a los veteranos, sino también acoger a los recién llegados con sus cautivadoras mecánicas y su irresistible sentido del humor, lleno de referencias a memes y otras cositas divertidas de la cultura geek.
El viaje comenzó en 2020 con el debut de “Moving Out” y ahora, 3 años y medio después, “Moving Out 2” continúa la historia de los alocados empleados de Smooth Moves en su búsqueda de eficiencia mudancera. Manteniendo su núcleo, esta secuela recuerda muchísimo a “Overcooked!”, no solo por su aspecto y simpatía, sino por el recorrido y evolución que fue teniendo, expandiendo su repertorio de contenido con referencias y herramientas un poco fuera de la explicación de la Física. Porque no hay nada mejor que ponerle algo de fantasía a un juego, ¿no?.
Para quienes jugaron la primera entrega, la cosa no va a parecerles nada difícil ni diferente. Con solo entrar en el tutorial de esta secuela van a notar que los controles son iguales, el objetivo el mismo, pero el humor y lo disparatado ha aumentado significativamente (o al menos se darán cuenta más adelante). Para hacernos tratar de entender que el título cambió, nuestra empresa mudancera nos introduce el nivel de F.A.R.T. (Furniture Arrangement & Relocation Technician) en nuestro progreso, algo que lograremos incrementar a medida que realizamos mudanzas o cumplimos objetivos adicionales mientras las realizamos.
Los niveles iniciales actúan como guía o tutorial. Nos enseñan los tips básicos de cómo recolectar objetos y llevarlos al camión de mudanzas, así como las diferencias entre los objetos frágiles y aquellos que podremos revolear a troche y moche. Esto reafirma que si bien somos mudanceros ordenados, a veces la desprolijidad en virtud de lograr nuestro mejor tiempo, puede ser muy útil.
Cada nivel tiene como objetivo principal uno: mudarse antes de una X cantidad de minutos. Como sucedía en su antecesor, si nos mudamos velozmente recibimos una recompensa de dos estrellas, y si lo hacemos con un poco más de pereza, solo una. Si queremos sacar a relucir nuestras grandes habilidades de mudancero, podremos jugar nuevamente el nivel para completar objetivos adicionales que van desde no romper vidrios en la casa que estamos mudando (¡Perfect!), hasta interactuar con ciertos artefactos o personajes del entorno.
Si bien uno creería que todo sigue igual por el barrio de Packmore, nuestro jefe decide experimentar con la herramienta definitiva de las mudanzas, aquella que ayudará a mejorar en un 90% la productividad… si no fuera porque todo sale mal. Y aquí llega el punto de quiebre para esta secuela: no trabajaremos solo en Packmore.
Desde la fallida introducción de esta maquinaria, oficialmente finaliza el tutorial del juego y se nos ofrece la posibilidad de acceder a portales que nos llevarán a mundos alocados llenos de mudanzas y desafíos nuevos. Por ejemplo, habrá un mundo “candy” o temática de golosinas, otro más futurista, y más. Cada ubicación plantea desafíos jugables distintos, como transportar objetos gigantes con gomeras o desafiar la lógica de la gravedad con plataformas flotantes.
La experiencia de juego cambia rotundamente al ingresar a los trabajos a realizar en estos nuevos mundos, porque como adelanté al comienzo de este artículo, empezamos a romper algunas leyes de la Física. Los escenarios no estarán más condicionados a una mudanza tradicional, sino que jugarán con el hecho de que cada mundo tiene características específicas que pueden ser aprovechadas a favor o en contra. Por ejemplo, en uno de los primeros niveles, no habrá un camión de mudanza, sino que tendremos un piso “teletransportador” de objetos, por lo que no hay que preocuparse en hacer caber todo en un espacio reducido. Así mismo, este nivel es una especie de biblioteca viva, que rota sus paredes, pisos, y abre puertas automáticamente para complicarnos la notansencilla-tarea de recoger objetos.
Por supuesto que el mayor enemigo de nuestros mudanceros no son unas paredes por las que los objetos no pueden pasar, ni tampoco un florero que se rompa. El verdadero malvado de esta película es el conjunto de todos ellos. El caos de tener que controlar varios factores milimétricamente para cumplir principalmente los objetivos adicionales le brinda la salsa necesaria para tener una rejugabilidad y competitividad extrema. Personalmente puedo decirles que los niveles que involucran animales (en especial gallinas), son aquellos que me frustraron más que todos, porque la habilidad no era un factor determinante, sino la suerte de que las gallinas no salieran volando.
Como un rayo de esperanza ante el desorden que podemos tener, en “Moving Out 2” podremos colaborar con hasta 3 jugadores sin importar la plataforma en la que estén jugando. Esto, a diferencia de su antecesor, marca un hito importante ya que no todos podemos atraer a tres amigos a nuestros aposentos para terminar un juego, y así mismo le brinda más oportunidades a aquellos con consolas de anterior generación.
Para completar la experiencia, al igual que en “Overcooked!”, la personalización está en la palma de la mano. La cantidad de combinaciones que podremos hacer es inmensa si consideramos los personajes que desbloqueamos mediante “cajas especiales”, que se consiguen en las mudanzas, cumpliendo objetivos adicionales o simplemente tiradas en el mundillo que recorremos con nuestro camión fletero. También se suman colores o accesorios que nos ayudan a incluirnos a todos al momento de disfrutar una sesión de juego.
Además de cosméticos, también encontraremos durante nuestras mudanzas minijuegos a desbloquear en una máquina de arcade que tendremos en nuestras oficinas. Estos minijuegos suman un nivel más de diversión para los que nos gustan los desafíos simples y cortos, como por ejemplo mover un sillón a través de un camino en zig zag con obstáculos. Una vez más, la referencia a la cultura pop se deja lucir.
Si retomamos por un momento la rejugabilidad mencionada anteriormente, hay un detalle más para mencionar. A medida que avancemos por los distintos mundos, nos encontraremos limitados en acceder a ciertos niveles de acuerdo al nivel de F.A.R.T. que poseamos, dando así la oportunidad (y obligación) a que no entremos en un camino recto hacia finalizar rápidamente cada mundo. Esto, sumado al hecho de las diferentes mecánicas del título recrean perfectamente la intención de que juguemos el título entero, o al menos varios de sus niveles, para así poder conocerlo en profundidad.
Para finalizar, la accesibilidad es otra carta ganadora de “Moving Out 2”. Ajustar el tiempo límite que tenemos o reducir el peso de los objetos, entre otros, indirectamente abren la puerta a jugadores de todas las edades y habilidad. Títulos como este, en muchas ocasiones, parecen penalizar a los más pequeños por no tener la suficiente habilidad para controlar milimétricamente un mueble que no pasa por una puerta. Aquí, al contrario, buscan que todos seamos partícipes de la diversión y no haya espectadores solamente.
En conclusión, “Moving Out 2” es un paso agigantado desde su precuela, con semejanzas increíbles con otros títulos del sector, humor delirante, diversión sana e inclusiva, e incorporaciones estratégicas y bien realizadas que mejoran rotundamente a la anterior entrega. No hay dudas que jugar el título saca más de una sonrisa y al fin de cuentas ¿no es esa la razón por la que jugamos?.