Plataforma: Xbox Series | PS5 | PC |
Género: Acción | Soulslike |
Desarrollador: HEXWORKS |
Editor: CI Games |
Fecha de lanzamiento: 13 de octubre de 2023 |
Precio: U$S 69,99 PlayStation | $ 10.999,00 (Más Impuestos) Xbox | $ 10.999,00 (Más Impuestos) STEAM |
Idioma: Voces en Inglés | Subtítulos en Inglés y Español |
Dicen que la imitación es la forma más sincera de admiración. En 2014, CI Games lanzó Lords of the Fallen, un nuevo título Soulslike que intentaba tomar lo mejor de los Darks Souls y llevarlos a un nuevo universo en el que las ideas eran buenas pero que la forma de llevarlas a cabo, no tanto.
9 años después, HEXWORKS ahora toma la batuta en cuanto a su desarrollo, con CI Games de nuevo involucrado, pero con un aura cambiada y con una sensación de mejora respecto a su padre espiritual, tal como pudismo ver en los distintos tráilers que fueron apareciendo.
Lords of the Fallen no se trata de una secuela del título lanzado en 2014, ni un spin-off ni nada que se le parezca. Es un reseteo del universo en si mismo. Los que hayan jugado el original podrán ver alguna semejanza en razas, nombres, y algunas cosas más, pero todo es novedad, salvo dos cosas: el nombre y el género. Veamos si esta reimaginación estuvo a la altura.
Después de largos años de tiranía, el dios demonio Adyr fue desterrado a otra dimensión por los poderosos Jueces. Pero como era de esperarse, luego de un corto período de relativa paz, Adyr volvió a sembrar la destrucción nuevamente. Para detenerlo, los cruzados levantaron sus armas contra este demonio, incluido nuestro protagonista anónimo. Durante el viaje conocemos más detalles sobre el pasado del mundo y las motivaciones de Adyr, pero el objetivo principal sigue siendo el mismo: debemos seguir adelante y eliminar a los campeones más poderosos del dios demonio.
Luego de una escena de acción, llena de muerte y destrucción, pasaremos a la creación de nuestro personaje. No es la interfaz más pulcra de todas, y a veces es hasta confusa con algunas cuestiones, pero en líneas generales no está mal. Como sucede en los juegos de este género, el editor de personajes es una de las primeras interacciones reales que tenemos con el juego, por lo que estaría bueno que le den un poco más de amor los desarrolladores. Las clases son las ya conocidas por todos, el caballero fuerte, el ladrónágil, un cazador versátil y representantes de clases mágicas, cada uno con sus estadísticas predefinidas que a la larga se pueden reestablecer si no estamos contentos con el resultado.
Creado nuestro personaje, pasaremos a un escenario pasillezco que servirá como tutorial, y una vez realizado este, nos encontraremos en el mundo semiabierto de Mournstead, uno de los puntos más altos del juego, ya que el diseño del mundo está muy bien logrado. En cuanto a la jugabilidad, no hay demasiadas sorpresas respecto a los otros títulos del género, ya que tendremos la barra de vida y de resistencia a las que deberemos estar muy atentos, bloquear, esquivar, usar frascos para recuperar salud (con cuidado, siempre). Pero lo que lo hace especial es la Linterna Umbral, que nos llevará al mundo del mismo nombre.
Lo interesante de esta mecánica es la posibilidad de vagar entre los dos mundos. El mundo Umbral es un lugar fantasmal y lleno de amenazas, pero al que deberemos incursionar de forma seguida para avanzar stafisfactoriamente por el mundo de los vivos (Axiom), ya que habrá pasajes que en la realidad el camino estará bloqueado pero en el mundo Umbral tendremos alguna forma para cruzar. Al sostener la linterna en el mundo real podremos “espiar” el mundo Umbral para saber si hay recompensas o caminos ocultos, pero esto no es todo, ya que está la posibilidad que seamos arrastrados a este mundo sin que queramos si nos encontramos con algún enemigo que nos arrastre a el. Es una adición súper interesante y una vuelta de tuerca fresca al género.
Igualmente, no queremos estar mucho tiempo en el mundo de los muertos, ya que además de una barra de salud limitada (además de los peligros innatos que hay), acumularemos miedo. Y no queremos que el contador se llene porque no nos será fácil volver al mundo de los vivos: un gran número de enemigos se hará presente para dar paso a uno letal, donde nuestra única opción para seguir con vida será correr hasta un punto de transporte al mundo de los vivos.
En cuanto a los enfrentamientos con enemigos, Lords of the Fallen no reinventa la rueda y se basa en un sistema de ataque, defensa y evasión probado, cuya efectividad depende del peso del personaje. Además, existe un conjunto clásico de golpes rápidos y más fuertes, así como la opción de bloquear y parar, también sin utilizar escudo. Un bloqueo en el momento adecuado eliminará el daño a tu salud y desequilibrará a tu oponente, lo que en última instancia te permitirá asestar un golpe devastador. Podemos recuperar el daño bloqueado golpeando, por lo que a veces vale la pena correr el riesgo de atacar al enemigo en la cara para proporcionar rápidamente una compensación adecuada.
Los jefes son imponentes, y uno sobre todo nos dará la sensación que estamos jugando otro tipo de juego por la magnitud del combate, pero no quiero entrar en spoilers sino que vivan su propia experiencia. Las acciones de combate de cada uno son variadas y especiales, y cada combate es distinto del anterior tanto en desarrollo como en dificultad.
Personalmente, disfruto los juegos de este género pura y exclusivamente por la dificultad del combate que representan, y no por la historia que tienen para contar, que siempre termina siendo complicada de entender o bien no posee un hilo conductor definido que facilite entender cómo viene la mano, pero el lore está ahi y aquellos interesados en conocer más sobre Lords of the Fallen estarán bastante satisfechos.
En cuanto al apartado gráfico, los mundos de Axiom y Umbral están muy bien logrados y detallados, sobre todo el Umbral donde vemos las cicatrices de una guerra pasada donde todo es dolor. La performance en general fue buena (probamos el juego en PlayStation 5), pero hubo momentos en áreas abiertas donde había una gran cantida de enemigos que los frames bajaban notablemente, algo que igual sucede cuando el panorama es más tranquilo en cuanto a objetos en pantalla y enemigos pero de forma leve.
Tendremos a disposición el Modo Fidelidad, donde bajarán los FPS para brindarnos una experiencia visual más prolija, o bien el Modo Rendimiento donde jugaremos a 60 FPS sacrificando calidad visual.
El apartado sonoro de Lords of the Fallen nos acompaña muy bien durante nuestra aventura, tanto en los sonidos que emanan los enemigos, las armas y ambos mundos, y la música hace que estemos atentos a cada paso que damos, sobre todo cuando comienza a sonar cierta melodía que nos hará entender que está por sueceder lo inevitable.
A modo de conclusión, Lords of the Fallen es un juego muchísimo mejor que su antecesor lanzado en 2014, pero que no termina de pegar ese salto de calidad tan necesario para sentarse en la misma mesa con los mejores títulos del género. Ello no impide que sea una experiencia sumamente disfrutable y llena de desafíos, donde el Mundo Umbral es una de las mejores adiciones que encontramos, y al que todos los amantes de este género deberían darle una oportunidad.