[Review] Caravan SandWitch

Caravan SandWitch, el nuevo título de Studio Plane Toast y publicado por Dear Villagers, se presenta como una acogedora y relajante aventura en un mundo postapocalíptico. Promete una experiencia diferente, donde el jugador puede explorar a su ritmo, sin combates ni amenazas, en un entorno lleno de paisajes de ensueño. A simple vista, la premisa parece atractiva, pero al profundizar en la jugabilidad y el desarrollo de la historia, nos encontramos con un juego que lucha por alcanzar su potencial.

La trama gira en torno a Sauge, una joven que recibe un mensaje de auxilio de su hermana y emprende un viaje en una caravana para encontrarla. El juego introduce de inmediato un misterio central que se siente intrigante: la desaparición de la hermana en el desolado mundo de Cigalo, un lugar que ha sobrevivido a una catástrofe apocalíptica. Sin embargo, al igual que la protagonista, el jugador inicia la aventura con poca información, lo que puede generar desconcierto.

Lo que comienza como una historia cautivadora se diluye rápidamente. Desde el principio, el juego introduce una cantidad considerable de información sobre el mundo, los personajes y los sucesos previos. Este flujo constante de datos resulta abrumador, y aunque el misterio principal se resuelve eventualmente, el camino hacia esa resolución es lento y, en ocasiones, frustrante. Los diálogos y las interacciones con los personajes, en lugar de profundizar en la narrativa, a menudo se sienten desconectados y superficiales.

Además de la búsqueda de su hermana, Sauge interactúa con varios personajes secundarios que intentan hacer su viaje más llevadero. Sin embargo, a pesar de que el juego se esfuerza por crear un sentido de comunidad en Cigalo, las interacciones no logran ser lo suficientemente profundas como para generar una verdadera conexión entre el jugador y los habitantes del mundo. Las misiones secundarias que acompañan la trama principal carecen de creatividad y no añaden valor significativo a la historia, siendo más una distracción que una oportunidad para ampliar la narrativa.

Uno de los principios en los que se apoya Caravan SandWitch es la unidad. El juego busca que el jugador se involucre con los personajes y se sienta parte de la comunidad de Cigalo, pero este objetivo se queda a medias. A pesar de que los personajes secundarios están diseñados para brindar apoyo a Sauge, sus interacciones no son lo suficientemente profundas como para que el jugador se sienta emocionalmente conectado con ellos.

Las misiones secundarias, que sirven como vehículo para conocer mejor a los habitantes de Cigalo, resultan en su mayoría triviales y repetitivas. Estas misiones, que deberían ser una oportunidad para descubrir las historias personales de los personajes, apenas logran rascar la superficie.

En cuanto a jugabilidad, Caravan SandWitch ofrece un enfoque centrado en la exploración. El jugador puede moverse libremente por Cigalo sin temor a la muerte o a enfrentamientos, ya que el juego prescinde por completo de los combates. Esto puede resultar atractivo para aquellos que buscan una experiencia relajada y sin la presión de perder progresos. Sin embargo, la falta de desafíos y de actividades significativas hace que esta libertad se sienta vacía.

El mundo de Caravan SandWitch está diseñado para ser explorado a pie o a bordo de una caravana, pero el diseño del mapa es limitado y carece de detalles que incentiven la curiosidad. Aunque se nos presenta un mundo aparentemente vasto, las opciones de interacción con el entorno son pocas y poco variadas. Las actividades se reducen a caminar, saltar, recoger módulos y activar interruptores, lo que termina por hacer que la exploración se vuelva monótona con el tiempo.

Otro aspecto frustrante es la caravana, que es fundamental en la jugabilidad. Sauge no tiene acceso a herramientas desde el principio, sino que todas se encuentran dentro de la caravana y se desbloquean de manera progresiva. Estas herramientas, aunque útiles para avanzar en la historia, no ofrecen sorpresas ni incentivan a explorar el mundo con mayor profundidad.

Si bien Caravan SandWitch presenta varias debilidades en cuanto a jugabilidad y narrativa, uno de sus mayores aciertos radica en su apartado visual. Cigalo es un mundo postapocalíptico, pero lejos de ser oscuro y devastado, presenta una belleza sorprendente. Los paisajes están diseñados con una paleta de colores atractiva, lo que genera una atmósfera envolvente y agradable. Las vistas del desierto postapocalíptico son, sin duda, uno de los puntos más destacados del juego, y logran transmitir una sensación de serenidad y aislamiento.

El diseño de los personajes también es interesante, con un estilo artístico que complementa el mundo que los rodea. A pesar de que la profundidad emocional de los personajes no logra trascender, su apariencia visual está bien trabajada y es coherente con el estilo general del juego.

La versión de Caravan SandWitch en PlayStation 5 presenta una serie de problemas técnicos que afectan significativamente la experiencia del jugador. Desde cuelgues del juego hasta fallos en la traducción, donde el texto en los diálogos no aparece correctamente, estos errores restan fluidez a la partida. Curiosamente, estos problemas no se presentan cuando se cambia el idioma del juego al francés o al inglés, lo que genera una inconsistencia en la calidad de la experiencia según el idioma seleccionado.

Además, la interacción con ciertos elementos del entorno también se ve afectada por errores técnicos, con comandos que desaparecen en momentos clave, lo que limita aún más la libertad de exploración que el juego pretende ofrecer.

Caravan SandWitch es un juego que, a pesar de su promesa inicial de ofrecer una experiencia relajada y visualmente cautivadora, se queda corto en varios aspectos clave. Aunque su diseño artístico y su banda sonora logran destacar, la narrativa confusa, los personajes superficiales y los problemas técnicos impiden que el juego alcance todo su potencial. Para aquellos que busquen una experiencia tranquila sin desafíos complejos, Caravan SandWitch puede ofrecer algunos momentos agradables, pero en general, se siente como una oportunidad desaprovechada en el vasto mundo de los videojuegos.