Plataformas: Nintendo Switch | PC | PS4 |
Género: Arcade | Acción | Shooter |
Desarrollador: Ravegan | Ratalaika Games |
Editor: Eastasiasoft |
Lanzamiento: 3 de marzo de 2016 (PC) | 13 de diciembre de 2018 (Switch) | 14 de septiembre de 2016 (PS4) |
Precio: Nintendo Switch U$S 9.99 | Steam $ 99.99 | PS4 U$S 9.99 |
Idioma: Textos en Inglés |
Ravegan es un estudio desarrollador de Argentina que en 2016 había lanzado al mercado Blue Rider, un juego de disparos y acción, aunque únicamente para PC. Luego vino el turno de PlayStation 4, aunque las alarmas se encendieron cuando se anunció para Nintendo Switch. Ahí supe que tenía que jugarlo, ya que todo llamaba la atención de este juego. Por suerte, pudimos probarlo gracias a su lanzamiento para la consola híbrida de Nintendo con muchas expectativas sobre lo que podría ofrecer. Y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estamos ante una gran producción argentina.
Blue Rider es simple y lineal, aunque por ello el juego no deja de ser muy entretenido y visualmente llamativo. Ravegan en todo momento tuvo la intención que Blue Rider sea un juego intuitivo en que lo único que habría que hacer era iniciar el juego y ponernos a jugar. No existen tutoriales que nos expliquen cómo movernos por la pantalla, sino que durante la pantalla de carga veremos los controles que tenemos a disposición. Honestamente, al ser un shooter de acción con tintes de arcade no es conocer de física cuántica para saber que debemos avanzar a lo largo del nivel destruyendo a todos nuestros enemigos para llegar a lo que sabemos que será un jefe final que nos pondrá las cosas más que difíciles.
A medida que avanzamos nuestros enemigos irán variando de tamaño y forma de disparo, debiendo adoptar nuevas estrategias si queremos salir airosos de los 10 niveles que componen Blue Rider. Cada enemigo tiene su disparo característico, ya sea recto o dividido en muchos disparos, pasando además por rayos continuos o cohetes que nos siguen donde sea que vayamos. Pero así como nuestros enemigos varían, también lo hace nuestro armamento, aunque de forma bastante limitada. Tendremos como ataque “especial” cohetes que podremos ir acumulando a medida que avancemos y obtengamos los power-ups correspondientes, y un ataque básico que estará dividido en dos: un ataque naranja que dispara en abanico y un ataque azul que disparará únicamente hacia el frente. Ambos disparos son buenos, sobre todo una vez que logramos aumentar su potencia de forma considerable, pero podremos “elegir” el que mejor se adapte a nuestra forma de jugar, así como de los enemigos que enfrentemos. No es lo mismo utilizar el disparo naranja que nos permitirá hacer frente a varios enemigos a la vez -aunque destruirlos será más complicado-, que utilizar el disparo azul permitiéndonos acabar más rápido con los enemigos aunque descuidando al resto. Un punto que podría haber mejorado al juego hubiese sido agregar distinto armamento, ya que las opciones son pocas, aunque ello no evita que disfrutemos la acción que nos propone.
En Blue Rider no existen las vidas ni los puntos de control. Nuestra nave es una sola y si nos destruyen no hay segundas oportunidades: deberemos empezar desde 0 el nivel en el que nos hayamos quedado, pudiendo elegir el nivel que querramos en la pantalla de inicio a medida que los vayamos completando.
En Blue Rider la historia es prácticamente nula, aunque a medida que avanzamos nos enteramos de a cuentagotas que somos una nave rebelde contra un ejército de máquinas. Los mapas, aunque son lineales en su mayoría, nos permiten movernos libremente aunque únicamente dentro de su radio. Habrán un par de veces en que podremos elegir entre dos caminos, aunque uno siempre lleva a algún booster o power-up, debiendo volver para atrás para retomar el camino que evitamos. Como les comentábamos antes, al final de cada escenario debermos luchar contra un jefe final que nos pondrá las cosas más que complicadas. Hay que destacar además los diseños de los enemigos así como de los jefes finales, sobre todo estos últimos. Cada jefe tendrá sus ataques particulares, obligándonos a cambiar la estrategia con cada uno de ellos. No será solamente disparar hasta que caiga, sino que deberemos buscar puntos débiles o esperar hasta un momento específico para lanzarles todo nuestro arsenal.
Otro gran acierto de Ravegan al momento de lanzar Blue Rider es la precisión que le otorgaron a los controles. Nuestra nave no tarda en obedecer los comandos que le damos, algo que se agradece en un juego de este estilo en el que nuestra destreza al disparar y evadir es lo central de la propuesta. La música puede que sea un punto algo bajo ya que pasa prácticamente desapercibida, sobre todo teniendo en cuenta el frenesí de disparos en el que nos podemos encontrar en ciertos momentos.
Como conclusión, Blue Rider es un juego simple pero que garantiza entretenimiento. Es un shooter simple que otorga una experiencia de juego altísima y con una dificultad que es muy bien recibida para este estilo de juegos, los cuales pueden ser de una duración relativamente corta pero intensa y que siempre será bien recibida cuando queramos jugar algo sencillo pero desafiante.