Si bien la innovación en el arte de los videojuegos es siempre bienvenida, no todos se sienten plácidos con hacerla. En otras ocasiones, el resultado de experimentar termina siendo mucho peor de lo esperado, y lo que podría haber sido un videojuego “continuísta” pero espléndido de igual forma, se traduce en un fracaso. En Cat Quest III parece que los experrrmientos quedan por fuera, y tendremos una nueva aventura en el mar Purribean con mecánicas idénticas a la anterior entrega, pero mayor acción y diversión para uno o dos jugadores.
Tuvimos la oportunidad de entrar un par de horas a esta aventura de pi-ratas, que se da como secuela no tan directa, de los geniales Cat Quest y Cat Quest II. En esta ocasión tendremos el objetivo de perseguir la Estrella Polar, alguna vez caída en la Tierra y que está siendo buscada por los pi-ratas (sí, son ratas…) y principalmente por quien será nuestro némesis en la aventura, el Rey Pi-Rata, un malévolo roedor temerario de color violeta que me recuerda mucho a LeChuck.
Cat Quest es una saga simpática que nace de juegos para móviles, y que fue desembarcando en las distintas consolas y PC. Para este caso, lo que pudimos ver en nuestra preview es un contenido apenas más amplio que la demo disponible en Nintendo Switch, jugando en PC. La primer impresión fue que estéticamente está mucho más pulido que los anteriores, con una interfaz más suave y, al tener una temática de piratas (con referencias a Piratas del Caribe, por supuesto), todos los menúes o el mismo HUD son acordes a esto. Por ejemplo, nuestro mapa es un pedazo de papel, como los rollos de navegación marítima de la época de pirateria, y todas las notificaciones o mensajes en pantalla tendrán la misma impronta poniendo pequeñas brújulas o catalejos.
La jugabilidad sigue siendo tan sencilla pero suficiente como lo fue anteriormente. Tendremos armas de mano (sables, alfanjes, garras, escudos), de fuego (pistola, mosquete, trabuco), equipamento básico (bandanas, sombreros), collares o medallones y finalmente hechizos. A medida que nos desplazamos en el caribe, nos encontraremos enemigos (generalmente ratas) que venceremos con combos a realizar por nuestro ataque con las armas de mano, debiendo alternar con las pistolas que tienen una munición infinita pero un gran tiempo de recarga. Así mismo, contaremos con la posibilidad de asignar 4 hechizos en los espacios correspondientes a los gatillos del joystick, y que usarán acumulaciones de piedras de maná que poseemos, las cuales se recargan con la batalla. No hay mucha ciencia con esto, cada enemigo brindará como botín monedas y probablemente cristales, lo que servirá para mejorar nuestras armas en el herrero o nuestra magia en la bruja.
El factor diferente en esta aventura, es que tendremos un barco con el que poder navegar las costas, mejorar y protagonizar batallas marítimas. Este barco puede ser llamado desde los varios muelles que hay en las islas, y una vez adentro nos permitirá recorrer más rápido las aguas. Ojo, esto no quiere decir que no podramos ponernos nuestro salvavidas y nadar por todos lados, a cuesta de tardar mucho más dada la velocidad de movimiento reducida y el hecho de quedar expuestos al no poder atacar así.
El barco será un aliado más en esta aventura, tanto como el posible jugador adicional que puede entrar a participar de la aventura con nosotros. Al igual que en la segunda entrega, Cat Quest III permite sumar a un amigo que se encuentre con nosotros y luchar juntos. Esta funcionalidad, si bien no es en línea, es sumamente agradecida para quienes tenemos compañeros de juego en casa.
El mapa no tiene que ser descubierto, siempre está disponible, pero no veremos todo si no nos bajamos de nuestro barco. Al pisar tierra en cualquiera de las islas nos vamos a encontrar con cofres escondidos, misiones secundarias absurdas pero divertidas, y castillos o cuevas a los que entrar. Una vez ingresamos a estos “dungeons”, el juego pasa a ser un 2D plataformero convencional donde, por suerte, siempre sabremos qué tantos tesoros hemos obtenido en la mazmorra y cuál es el total. En los casos que pudimos jugar en esta preview, cada mazmorra finaliza con un mini jefe bastante duro de vencer, pero que nos recompensa bien.
Entre los enemigos incluídos en esta demostración, tenemos las ratas, en varias formas y colores, pero generalmente con el mismo patrón de ataque (pisotón y golpe al frente); los cangrejos, los hechiceros de hielo y los jabalíes. El objetivo que tuvimos era vencer al primer jefe, el Rey Jabalí, un personaje con nivel 10 que no es tan difícil como el hechicero de hielo en una de las mazmorras (aún no pude derrotarlo, por los patrones de ataques que posee). Adicionalmente, otro enemigo son los barcos pirata, con los que deberemos lidiar en la navegación pero que hasta este momento solo tiene un simple ataque con el cañon.
La experiencia de Cat Quest III, hasta el momento, es divertida, simple y muy reconfortante entre tantos otros títulos que suman dificultad a su jugabilidad de forma innecesaria, solo para estar a la moda. A pesar de haber jugado 2 horas únicamente, tengo mucha fe puesta en esta nueva entrega del título, que espero esté llena de parodias como sus antecesoras.