Los juegos de plataformas sufren ciertas transformaciones con el pasar de los años, que pueden agradar o no a los que estamos acostumbrados a jugarlos. Algunos de estos cambios son impulsados por la tecnología, y muchos de ellos por el ingenio que tenga quien los desarrolla. En Bionic Bay, vemos un poco de ambas.
Bionic Bay es un título sombrío, poco relajante y con un nivel de inspiración en “Limbo” que da miedo. Sin mucho preámbulo, el juego nos lanza a controlar a un científico que sufre una alteración que le permite moverse con mayor facilidad por un entorno destruído y lleno de máquinas artificiales (simil fábrica de robots). Así, obtenemos la habilidad de saltar más alto y rodar con gran capacidad como si este geek no hubiera podido jamás hacerlo. Unos breves saltos luego de este acontecimiento, finalmente nos hacemos con el arma que define la vuelta de rosca en la jugabilidad de Bionic Bay: un “intercambiador”, o swapper.
Una vez obtenido el swapper, los obstáculos que encontremos en nuestro recorrido pueden ser tocados por nuestro protagonista y en cualquier momento al accionar otro botón nos intercambiamos con dicho objeto. Esto permite avanzar en los terrenos complejos que tendremos, continuamente usando las 3 mecánicas principales del título: saltar, rodar e intercambiar.
La destreza no está en la cantidad, sino en la habilidad. Con esos tres simples movimientos deberemos evadir láseres, trampas y afrontar un terreno complicado con saltos como en un juego de puzzles extremadamente difícil. Además, nuestro protagonista es sumamente elástico, lo que nos favorece que no toda caída termine en un desmembramiento.
Respecto a esto, la dificultad incrementará en la medida que avancemos por los 10 escenarios disponibles en esta preview que pudimos probar. Cada uno de ellos con una paleta de colores diferente, pero siempre bajo el mismo concepto de un entorno mecánico. No hay momentos extremadamente difíciles, pero requiere en ciertas etapas pararse, contemplar el escenario y hacer los movimientos de forma pacífica y ordenada para evitar caer en una trampa. Por suerte, el juego tiene checkpoints casi inmediatos entre salto y salto, evitando que tengamos mucho que retroceder ante una fallida ejecución.
En ciertos niveles de esta preview, pudimos experimentar otras mecánicas como el control de la gravedad que claramente se lucirán en la versión final del título (creo que ya era suficiente con todas las muertes que tuvimos que sufrir en esta primera impresión).
Bionic Bay es un título más que interesante por el desafío que representa para cualquiera que esté dispuesto a recurrir a él. Con una dificultad nivel “voy a estresarme, pero quizás no tanto”, los puzzles no son de lógica sino de destreza, y su trama, al menos por ahora, parece ser poco interesante.