El autor cita como motivos para el cambio desde sus tradicionales sistemas propietarios la complicada relación de la compañía con estudios externos, la cual ha conducido a que ocho de cada diez títulos vendidos en Japón para Wii U sean desarrollos propios y el porcentaje de juegos de terceros en 3DS haya bajado al 30%, desde el 70% de la era DS. La mayor parte del artículo explica la complicada situación actual de Nintendo en relación a sus competidoras y cómo el reciente cambio de postura respecto a las plataformas móviles podría ser sólo parte de un giro estratégico mayor.
Una decisión así parece chocante con la presentación que Satoru Iwata hizo de NX, en la que la promesa de una nueva plataforma dedicada trataba de despejar las dudas respecto al peso que el desarrollo de videojuegos móviles suponía en el futuro de la compañía. Por otra parte, en su anunciada estrategia de convergencia entre dispositivos móviles, PCs y consolas a través de un programa de membresía común, sí encajaría bien un dispositivo con una baja barrera de entrada para desarrolladores y juegos provenientes de esas otras áreas.
Compartir una base de software con Ouya o nVidia Shield no implica que cualquier otra particularidad de NX hubiese de ser similar a las de esas otras plataformas y podría, incluso, constituir una característica totalmente transparente de cara al usuario. Dado que motores gráficos muy populares como Unreal Engine 4 y Unity 5 incluyen soporte para dispositivos Android, este movimiento facilitaría también la conversión de títulos de alto nivel de otros sistemas como PC, PS4 o Xbox One, de permitirlo el hardware. Sin conocer aún detalles sobre NX (o incluso su formato) es muy pronto para saber si la compañía podrá recuperar el apoyo de estudios de terceros, pero de confirmarse esta información conoceríamos ya uno de los pasos dados para conseguirlo.