“Lo que están haciendo otras empresas tiene sentido comercial, pero es aburrido”, dice Miyamoto. “Aparecen los mismos juegos en cada sistema. En Nintendo queremos un ambiente en el que los creadores de juegos puedan colaborar y pensar en ideas que nunca se les podrían haber ocurrido antes”.
Tan cierto es que los juegos de Nintendo no aparecen en otros sistemas como que estos en muchas ocasiones son las mismas licencias pero con diferente número. Sin embargo, el rendimiento de títulos como Mario Kart 8 da fe de que a veces este sistema funciona. Hace pocos días Reggie Fils-Aime, presidente de Nintendo América, se preguntaba cuál era la diferencia entre Xbox y PlayStation.
Miyamoto se muestra muy poco interesado en las experiencias cinematográficas que últimamente están ofreciendo algunos juegos de éxito. “Nunca he pensado en los juegos como un medio para contar historias”, reconoce el creador nipón. “Muchas personas se han acercado a mi en el pasado y me dijeron ‘¿por qué no haces una película?’ Nunca me interesó”.
Una de las preocupaciones de Miyamoto son los jóvenes y el egocentrismo. “Ellos quieren contar historias que lleguen al corazón de la gente”, dice Miyamoto. “Lo conmovedor tiene que ser la experiencia. Mis esfuerzos se centran en que el jugador sea el director. Lo que hago es ayudarles a sentir que, jugando, están creando algo que solo ellos pueden crear”.
“Cuando juegas a un juego, durante un momento lo controlas y de repente sientes que estás en su mundo. Esto es algo que no se puede experimentar a través del cine o la literatura. Es una experiencia completamente única”.