Maxis confirmó en septiembre que el juego permitiría la creación de contenidos por parte de los usuarios, pero siempre sometidos a ciertas directrices. Las reglas incluyen no alterar la jugabilidad, no infringir ningún derecho de copyright, no modificar archivos ejecutables o librerías del juego y no mostrar ningún material prohibido por la calificación por edades del título (PEGI 7).
El estudio recuerda que la naturaleza “siempre online” del juego de simulación demanda que cualquier mod se regule para evitar el abuso sobre otros jugadores y se reserva el derecho de desactivar o retirar contenidos que violen las reglas estipuladas. Dadas estas limitaciones, la mayoría de los mods actuales son de naturaleza estética, sin afectar al núcleo del motor del juego.
Esta madrugada, Maxis ha publicado un comunicado con lo que parece una respuesta a la constante demanda de la comunidad de modders por un modo offline, necesario para probar los contenidos creados en su totalidad sin violar las normas de forma involuntaria. “Queremos apoyar a la creciente comunidad de Modding. Todavía estamos explorando un modo Offline de Un Jugador que permita a los jugadores más margen para experimentar sin sacrificar la integridad y la experiencia del modo multijugador”, comenta Maxis.
La situación actual del ecosistema de mods para el nuevo SimCity contrasta con el anuncio que hizo su director creativo poco antes del lanzamiento. Ocean Quigley (que posteriormente dejaría Maxis para fundar su propio estudio independiente) aseguró entonces que el motor GlassBox del juego “se diseñó para ser modificable”. Pero pese a estas palabras, parece que un aumento del tamaño de las ciudades no llegará a SimCity ni si quiera de la mano de los usuarios.
