“Todo el mundo se frustra, porque lo que queremos es que todo sea tan delgado como una oblea, no se caliente y se pueda ensamblar con facilidad”, comenta el diseñador industrial Carl Ledbetter. “Pero la realidad es que hay una serie de problemas muy reales alrededor de la refrigeración cuando llevas cierto número de vatios al procesador”.
“Por lo tanto, el objeto tiene que tener cierto tamaño. Siempre hay una dinámica interesante entre la ingeniería, el diseño y las restricciones que rodean al rendimiento. Se llama diseñar con restricciones, y las restricciones crean cosas tangibles que la gente intenta solucionar”.
“El cielo es complicado porque no tiene barreras ni límites. Realmente la ingeniería no se convierte en una barrera, la ingeniería es necesaria, al igual que el diseño y la tecnología. Es una combinación de todo lo que crea el producto”.
Ledbetter reconoce que su equipo no acertó con el mando original de la primera Xbox debido a un tamaño excesivo que no era funcional para muchos jugadores. “Para Xbox One, se han sucedido varias cosas que, desconozco si eran erróneas, pero no eran apropiadas o no eran la solución ideal”.