“Por supuesto, siempre estamos buscando nuevas oportunidades para servir a nuestros jugadores y a nuestras comunidades; y siempre estamos evaluando nuevos modelos de negocio”, dice Hirshberg. “Y en cuanto esos modelos estén probados, iremos a por ellos si creemos que tiene sentido para nuestros jugadores y para nuestro negocio”.
“Pero en estos momentos vamos a seguir centrados en los aspectos discutidos en el informe financiero, que incluyen un amplio rango de modelos de negocio y monetización, donde todos entregan lo que pensamos que es la mejor experiencia para nuestros fans y un gran rédito para los accionistas”.
El ejecutivo sitúa a Call of Duty, Skylanders y el próximo Destiny como las franquicias base de la compañía. No obstante, Hirshberg ha reconocido un “descenso generalizado en la demanda de software para consolas de anterior generación” y en las reservas de videojuegos. Una recesión a la que el propio Call of Duty “no es inmune”, según advierte el CEO.
“Sin embargo, dentro de ese contexto, todavía esperamos que Call of Duty despunte en número de reservas una vez más este año. También contemplamos otras referencias de medida, y estamos viendo mucha solidez en esas referencias… Es importante darse cuenta de que las reservas solo son un dato importante para determinar la inercia de una franquicia de esta clase”.