Gracias a la gente de Sony pudimos ver Venom: Let There be Carnage, la secuela de Venom de 2018 que nos trae por primera vez al infame y caótico Carnage a la gran pantalla y te contamos cómo sigue la vida de Eddie Brock con su simbionte amigo.
Sinopsis
“Eddie Brock se encuentra en armonía con Venom tratando de recuperar su carrera como periodista y para esto Cletus Kassidy será la historia que lo lleve de nuevo a la cima. Pero no todo sale como parece y la ciudad de San Francisco se enfrentará al peor y más mortal simbionte de todos, Carnage, que estará totalmente enceguecido en su búsqueda de venganza contra la gente que lo encerró y condenó a la muerte.”
La segunda parte de Venom en solitario continúa por la misma línea que se nos presentó en el 2018, una comedia de acción, como una especie de aventura buddy cop a lo Arma Mortal (1987) o algo parecido, pero con unos diálogos totalmente carentes de personalidad y gracia. La gente de Sony y la guionista Kelly Marcel (Cruella) que vuelve luego de la primera película no logran nada más que un resultado genérico para todo lo que conforma a Venom: Let There be Carnage.
Nuevamente el intercambio entre Tom Hardy (Dunkirk) como Eddie Brock y Venom es lo más cómico y atrayente de la película. Esta vez con la relación más trabajada nos trae un entretenimiento espectáculo debido a los constantes comentarios de lo que quiere hacer Venom y lo que por un tema de moral Eddie no lo deja. Recordemos que Hardy hace también la actuación de la voz de Venom.
Woody Harrelson (The Hunger Games) cumple el rol típico de psicópata de película de terror genérica y sin causar ni un poco de relación con el espectador bajo ningún aspecto, ya que toda la historia del personaje y su camino no ofrecen absolutamente nada para la audiencia, su paso por el film salvo por Carnage como enemigo no sirve y no suma nada a la trama en general.
Los nuevos personajes secundarios que llegan para intentar darle alguna especie de “profundidad” al relato, no hacen más que seguir añadiendo cosas malas a la calidad del guión y del film en general. Las caras conocidas de Venom (2018) como Michelle Williams (The Greatest Showman) le dan una cierta familiaridad y compañerismo con la audiencia a la historia, pero no lo suficiente como para que no se sienta artificial.
Una de las mejores cosas que tiene Venom Let There be Carnage es la acción, donde se ve lo poderoso que es el simbiote rojo así como el alcance y versatilidad de sus poderes a diferencia de Venom. Cada escena de enfrentamiento tanto entre los protagonistas como contra las autoridades tiene muy bien cuidado el CGI y resaltan los detalles de diseños de ambos simbiontes.
Venom tiene mucho más protagonismo que el anterior film y viajará por una especie de intento de viaje introspectivo que será totalmente innecesario pero que cumple un rol como vehículo para la trama y el comienzo del tercer acto, obviamente todo hecho de una manera totalmente bizarra y carente de sentido.
El ritmo de Venom Let There be Carnage está bastante bien manejado lo suficiente como para que el espectador no se termine de aburrir, lo malo es que las conexiones entre escenas son horrendas y mal trabajadas, donde muchas veces nos estaremos preguntando si lo que acabamos de ver en pantalla es realmente cierto. Esta manera de mover la historia se vió mucho en películas de los noventa y ya no tiene lugar en las épocas que corren.
Sin lugar a dudas lo más horrendo e incomprensible que tiene Venom Let There be Carnage son los diálogos paupérrimos y que generan vergüenza ajena constantemente. Todas las frases hechas y obvias que están al pie del cañón, hacen que el espectador se pregunte: ¿En serio acaba de decir eso? Lo mismo pasa con algunas situaciones en las que termina metido Venom, en definitiva la película quiere ir por su lado cómico pero sin lograr serlo.
Entre las cosas más destacables se encuentra el diseño de sonido, algo que está muy bien cuidado a lo largo de toda película, esto incluye los efectos de sonido de ambos simbiontes como funciona la voz de cada uno y la música de la película en sí. Lo mejor logrado es la voz de Carnage, que funciona increíblemente en cada escena, dándonos a entender el poder que maneja este personaje y la presencia que impone.
Sin lugar a dudas el mejor riesgo que se toma la película es darle mucho más espacio y protagonismo a los simbiontes, todo esto con un cuidado muy bien logrado del CGI, cada aparición de Venom y Carnage en pantalla se ve y se siente de maravilla, haciendo justicia al nombre del film. Hubiera sido muy bienvenido un cambio de diseño en Venom para asemejarse más al cómic, pero esto es más un detalle que no afecta en nada a lo que se ve en la película.
Conclusión
Venom Let There be Carnage es un film pobre y carente de sentido, con uno de los peores guiones del año, la dirección de Andy Serkis (Mowgli: Legend of the Jungle) sigue los mismos pasos de lo que vimos en la primera película y ahonda en todo lo flojo que tenía y lo remarca aún más en esta secuela. Lo único bueno son los simbiontes y que en cada una de sus apariciones se roban el protagonismo fuera de eso todo lo demás que intenta construir la trama se cae a pedazos constantemente.
Título: Venom: Let There be Carnage
Fecha de estreno: 06 de Octubre 2021
Género: Acción/Comedia
Dirección: Andy Serkis
Guión: Kelly Marcel
Reparto: Tom Hardy, Michelle Williams,
Woody Harrelson, Naomie Harris,
Stephen Graham, Reid Scott, Peggy Lu,
Alfredo Tavares, Amber Sienna
Duración: 97´