Tal día como hoy, el 31 de enero de 1999, debutaba en Norteamérica Silent Hill, el primer juego de la saga de terror de Konami, que rompía con las convenciones del que hasta entonces era máximo exponente del ‘survival horror’, Resident Evil.
Con escenarios tridimensionales y el terror psicológico por bandera, la primera obra del Team Silent dio una vuelta de tuerca al género, creando una experiencia agobiante, con secuencias en las que la tensión se podía casi tocar y sustos que todavía resuenan en nuestras cabeza –¿alguien recuerda alguna taquilla?–, además de una mitología extremadamente rica.
Tras varios episodios sobresalientes, tanto la saga como el género en general comenzaron a perder algo de fuelle, aunque Hideo Kojima hizo público hace unos meses su deseo de trabajar en un nuevo episodio, que, se rumorea, podría pasar a las manos de Mercury Steam, responsables de Castlevania: Lords of Shadow.
Silent Hill contó con una especie de ‘remake’ llamado Silent Hill: Shattered Memories para Wii, PSP y PlayStation 2, y aunque en un primer momento parecía romper demasiadas convenciones, argumentalmente podría ser una sorpresa muy agradable para los mayores fans de la saga.