A la luz del revuelo provocado, el desarrollador ha decidido salir al paso en Github para explicar su opinión detrás del mensaje publicado en Twitter. “Desde un punto de vista técnico, la RV es realmente excitante. Es fácilmente lo más interesante […] en lo que he trabajado jamás. […] Pero al mismo tiempo, soy ambivalente respecto a esto, por muchas razones”.
“Con la AR, hay un abanico de aplicaciones para la visualización de información, todas ellas al menos son interesantes y pueden ser tremendamente útiles en múltiples maneras”, escribía Giesen en una carta a un compañero de Valve en 2012. “Por otro lado, el objetivo de la RV […] parece ser fundamentalmente antisocial, completando la triste trayectoria de un entretenimiento que se aleja más y más de las experiencias sociales compartidas”.
Gisen aclara ahora que no es un gran aficionado a los títulos online y que prefiere que sus interacciones sociales de juego sean lo más básicas posibles. Sin embargo, considera que la RV se está posicionando como “la vía para el MMORPG definitivo“. Una posibilidad que según el desarrollador se complica con el trato entre Oculus VR y Facebook.
“Imagina un MMORPG de universo compartido, operado expresamente por una compañía que ‘ya conoce a todos tus amigos’, que está intentando maximizar tu disfrute, […] vendiendo tu atención a anunciantes, y por cierto, también construyendo un perfil detallado de tu actividad para realizar todo esto todavía mejor en el futuro”.
“Tener un entorno virtual inmersivo […] que está dispuesto para, como fin último, generar ingresos publicitarios (y por lo tanto priorizar las necesidades de los anunciantes sobre los deseos de los usuarios) es sencillamente un concepto inherentemente desagradable para mí”, dice Giesen. “Sin duda es un futuro muy cyberpunk, pero uno en el que preferiría no vivir”.