El desarrollador sitúa el boom de los indies en 2008 con el lanzamiento sucesivo de títulos como Braid, World of Goo, Castle Crashers o Minecraft entre otros. A partir de ahí, Vogel considera que “demasiados” desarrolladores se sumaron a la realización de pequeños proyectos con altos márgenes de beneficio e independientes de las grandes compañías.
“El auge de los juegos indie durante los últimos años ha sido fantástico. Ha dado lugar a muchas compañías buenas y con gran base económica que tienen la oportunidad de ofrecer grandes productos”, escribe Vogel. “Pero muchas otras compañías están intentando entrar en este espacio, y no estoy seguro cuántos de ellos son conscientes de que las cosas están cambiando rápidamente”.
Como prueba, Vogel menciona el hecho de que se han publicado más juegos en Steam durante los cinco primeros meses de 2014 que durante el año entero de 2013, “¿cuántas veces vimos durante el año pasado el artículo de, ‘¡Otros 100 juegos aceptados en Greenlight para su publicación!’?”. Del mismo modo Vogel se refiere al casi 40% de juegos de Steam que no se ejecutan ni una sola vez.
“Los indies ahora consiguen una gran parte de su negocio a través de ofertas y packs, dándose de codazos para tener la oportunidad de vender su juego por un dólar menos. […] Los juegos independientes comenzaron como juegos escritos con pasión por la gente que los amaba. Ahora todo se centra en sacar un montón de productos decentes pero indiferenciados que se ofrecen por unos pocos céntimos a gente que tampoco les importan una mierda. Esto no es sostenible”.