Yoshida ha asegurado a Gamesbeat que ambos equipos de desarrollo son conscientes de sus puntos fuertes y de sus limitaciones, provocando una simbiótica sucesión de esfuerzos para superar a los hitos de la competencia. “Hay ciertas cosas que todavía tenemos que mejorar para hacer un buen producto. Los chicos de Oculus dicen lo mismo. Su DK2 es muy bueno, pero aun así, saben que hay otras áreas en las que trabajar”.
“Así que, probando estas cosas nos ayudamos mutuamente de alguna manera. Por ejemplo, el DK2 tiene baja persistencia. […] Nosotros no tenemos eso. Lo que tenemos es el audio 3D resuelto”, dice el ejecutivo de SCE. “Como todo en la ingeniería, en cuanto alguien lo hace, es sabiduría común”.
Yoshida considera que aunque Oculus y Sony no trabajen entre sí directamente, sus progresos establecen una sinergia que impulsa el trabajo de ambos: “Cuando un ingeniero ve que otra persona lo ha hecho, eso eleva su perspectiva para ir más allá. En este punto, nos estamos ayudando mutuamente para tratar de encontrar soluciones a muchos de los problemas por resolver”.
Además de inflamar la carrera tecnológica, Yoshida reconoce que la presencia de Oculus VR ha allanado el camino para el crecimiento de la RV: “Mucha gente ya está desarrollando juegos en PC usando Oculus. Esa gente casi está haciendo prototipos para Project Morpheus”.
“Teniendo dos jugadores atendiendo tanto a PC como a PS4, los desarrolladores perciben menos riesgos al invertir en esto. Incluso los indies que son gente muy apasionada y que podrían hacer esto por amor al arte, enseñarles dos plataformas diferentes en las que lanzar su juego reduce el riesgo del desarrollo”.