Flintlock: The Siege of Dawn es un soulslite, para ir al grano rápidamente. Veremos a personajes enfrentarse a dioses con armas de fuego tradicionales y hachas, así como otros humanos que comparten el mundo. La protagonista de esta historia es Nor Vanek, miembro de élite del ejército de la Coalición, y que a los minutos de iniciar su misión se encontrará con Enki, un dios que pretende ayudarla a pesar de la desconfianza que le genera a ella. Pero bueno, el dicho dice que “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, por lo tanto no quedará otra que combatir el fuego con fuego.
En esta preview pudimos conocer la jugabilidad que posee gracias a una duración aproximada de 2 horas. Si no hubiera sido porque el árbol de habilidades está limitado, realmente las libertades que nos dieron en esta prueba anticipada, son dignas de una versión final del juego.
Por empezar, nuestro personaje se aventura a comandar un asedio contra una fortaleza enemiga y, como era de esperarse al inicio de una aventura de este estilo, todo sale mal. Aparece un dios enorme, muy al estilo Souls, imposible de vencer con las habilidades actuales que separa a nuestro personaje del resto de la civilización, dejándola a la intemperie y dando paso a la segunda parte de este tutorial, al conocer a Enki, nuestro propio zorro-dios.
Todos los elementos que este género de videojuegos nos brindó a través de años de iteraciones, están presentes. Tendremos enemigos duros de vencer (pero no tanto); lugares para descansar donde al hacerlo todos los enemigos reaparecerán; jefes con barras de vida enormes; y la penalización que si morimos, perderemos toda la “moneda” que usamos para las compras o mejoras. La gran diferencia será que no poseemos una barra de stamina para los ataques o bloqueos, y que tenemos un compañero (Enki) que ataca junto a nosotros, logrando por momentos que los enemigos no se concentren solo en nuestra protagonista.
Para desatar la destrucción, Nor está equipada con un hacha y una pistola que posee tres balas únicamente (esto termina siendo una mejora futura). Con un botón atacamos con el hacha, la cual podemos cambiar rápidamente entre dos que tengamos equipadas; con otro botón disparamos nuestra arma. Este disparo servirá como ataque normal, pero también es muy útil para cortar los ataques “inesquivables” de los enemigos (cuando tienen un destello rojo). En la medida que avancemos desbloqueamos nuevas armas e inclusive una de largo alcance que tiene una mecánica muy simpática para la recarga, presionando un botón exactamente cuando un señalador de una barra llega al medio.
Enki será “un arma más” para nuestras batallas. Este dios tendrá la posibilidad de atacar a los enemigos mediante un comando nuestro, contando con 4 cargas para ello que se recargan con el tiempo; e inclusive nos proporcionará poderes destructivos que se activan al llenar un indicador. Además, posee una rama del árbol de habilidades separada que deberemos incrementar para otorgarnos otras ventajas, como que Enki capte siempre la atención de los enemigos cuando estamos batallando con más de uno, o que haga más daño, entre otros.
Lamentablemente, esta preview solo podía jugarse con teclado y mouse, lo cual se sentía no tan placentero para un soulslite. Realizar los parry o bloqueos a enemigos se dificultaron, y en general, esto es clave con enemigos más grandes o que poseen escudos.
La variedad de enemigos en esta corta demostración era la suficiente, teniendo los exponentes más débiles que mueren con dos golpes, hasta aquellos que poseen una barra especial de escudo, que hasta no quitarla no se puede dañar. Esto último se realiza gracias a las habilidades de Enki, que al atacar al enemigo en conjunto con Nor logran activar un efecto que nos permite realizar un ataque cinematográfico terminante.
Desde el aspecto sonoro, no hay un gran punto destacable, pero sí me quiero detener en lo visual. Si bien no es el mejor exponente que podríamos encontrar en un título (más después de la salida de Hellblade II), es sorpresivo lo bellos de los paisajes, principalmente en el horizonte. Cuando estamos en una colina, podemos ver a lo lejos montañas, niebla, y hasta el movimiento del agua si miramos con mucho cuidado.
El mapa a recorrer tiene apariencia de ser extenso, con diversos asentamientos que tendremos que liberar aniquilando al líder enemigo que lo controla, produciendo luego que ese lugar sea un punto de viaje rápido (gracias al cielo tiene esta mecánica). Para realizar la reseña de esta preview hicimos algunos desvíos, encontrando peleas con mini-jefes que nos dieron recompensas más interesantes que las escasas que encontramos en cofres por todo el mundo.
Además de armas, tendremos materiales como la madera o el hierro que deberemos recolectar cuando encontremos, y que será utilizado para mejorar el nivel de nuestras armas. No hay armaduras en el juego, por lo tanto solo podemos incrementar el armamento y, sin utilizar materiales pero sí la experiencia obtenida, las habilidades. Por suerte, para conseguir experiencia tendremos un sistema que con cada enemigo abatido o acción realizada nos irá sumando a un contador parcial lo obtenido, y si no sufrimos daños también tendremos un multiplicador (algo similar a DMC con el Rank que nos dan al batallar), hasta que finalmente elegimos el momento de “canjear” esos puntos (dejar de ser parciales para ser persistentes).
La experiencia con Flintlock: The Siege of Dawn fue realmente muy buena, con la esperanza de que siga avanzando el título, a pesar de lo poco que resta para su lanzamiento, y no solo sean mecánicas soulslite divertidas para las batallas, sino que haga crecer su historia. Como dato adicional, el título cuenta con un minijuego llamado “Sebo”, que podremos retar a varios NPC a jugarlo y ganar desafíos.