[Review] Mullet Mad Jack

En la era de los roguelikes, emerge una propuesta más creativa que el resto dentro del género, a modo de shooter psicodélico noventoso, de agilidad constante y, por sobretodo, paródico como ninguno. Es así que Hammer95 Studios crearon Mullet Mad Jack, un juego frenético donde protagonizamos a un “moderador” de un stream violento y sádico que consiste en rescatar a una princesa de un edificio enorme (al estilo Nakatomi Plaza de Duro de Matar) mientras disparamos a enemigos robóticos mafiosos. Que quilombo ¿no? Vamos a adentrarnos más para la explicación.

La trama relata que vivimos en un mundo futurista donde los robots y la inteligencia artificial son la raza más poderosa sobre la tierra, por sobre los humanos. De esta forma, los humanos son esclavizados como simples herramientas del entretenimiento de los autómatas.

Aquí aparece nuestro protagonista, Mullet Mad Jack, un tipo común que recibe una llamada de Peace Corporation, una empresa encargada de hacer streaming (sí, como si fuera Twitch) de situaciones complejas como la tarea que le brindan: rescatar a una chica de un malvado “robillonario” (robot millonario).

Con demasiadas referencias a videojuegos, anime o películas de los 90, como por ejemplo que cada vez que lleguemos a nuestra “princesa”, la misma será llevada a otro piso (algo así como Peach), hasta la utilización de un Tamagotchi por el protagonista para quitar el estrés. Todo parece tener sentido y relación con algo de esa década, así como también es una parodia en sí mismo.

Rescatar a la doncella no será tarea tan sencilla, porque una vez comencemos el juego nos enfrentaremos a una horda de robots con intenciones de frenar nuestra marcha. Con solo tres botones, el título demuestra que es suficiente para su jugabilidad: disparar, patear o arrastrarse, y saltar. Cuando aprendamos a dominar estas tres acciones a la perfección, estaremos cerca de poder jugar el título en dificultad normal.

La clave del título no está en solo disparar para todos lados, sino en ser preciso y rápido. Desde el primer momento, la empleada de Peace Corporation nos informa que fuimos conectados a un sistema que nos mantiene con vida solo si matamos enemigos cada 10 segundos, por lo que superar el nivel y aniquilar enemigos deben ser la prioridad. Si no lo hacemos, iniciaremos desde el primer piso de la sección que estemos (cada sección son 10 pisos). Cómo matarlos, aquí tendremos un surtido de opciones.

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Si bien iniciamos con un arma, estilo revolver, podremos agarrar diferentes objetos del entorno para aniquilar con un ataque fulminante a nuestros enemigos. Así, obtendremos botellas, cuchillos y hachas que mediante un ataque melee derrotarán a un robot mafioso de una única estocada. Realizar las suficientes combinaciones de ataques y eliminaciones incrementará la cantidad de segundos que obtenemos a medida que recorremos el piso donde estamos, y nos alarga la vida.

El título permite que seamos sinceros con nuestras limitaciones, dándonos a elegir al inicio 6 dificultades. Dos bien fáciles, donde el contador del tiempo se eliminará o será más amplio (15 segundos). Otros dos moderados, que representan los modos que el estudio quiere que juguemos, en los que las penalizaciones no son fuertes, pero tampoco abunda el tiempo entre eliminación. Y finalmente dos modos para adictos, en donde el máximo de ellos no podremos morir jamás sino se reiniciará todo el progreso de la historia.

Cada piso que recorramos nos llevará alrededor de 40 segundos hacerlo, si vamos a una velocidad moderada. Al completar cada uno de ellos, tendremos la posibilidad de elegir una mejora, que podrá ir desde una nueva arma para utilizar hasta mayor velocidad de movimiento, rebotes en las balas disparadas, o mayor cantidad de bebidas en lata por el camino (un item que nos dará más segundos al tomarlo). Estas mejoras serán solo utilizables durante los diez pisos, donde llegaremos a la pelea contra un jefe, lo venceremos y nos permitirán seleccionar una mejora permanente entre tres: conservar alguna de las mejoras que obtuvimos en el último grupo de pisos; disponibilidad de incrementar el poder de cada arma o mejora hasta 3 veces; o darnos la posibilidad de modificar aleatoriamente las mejoras que obtenemos al final de cada piso.

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Todas las peleas contra los jefes tienen presentaciones exuberantes y graciosas con mecánicas que en ocasiones se modifican de lo tradicional. Por empezar, no contaremos con un cronómetro de 10 segundos para estos enfrentamientos, así que podemos estar más tranquilos y pensar en paz lo que hacemos. Y luego nos encontraremos con situaciones extrañas donde se recrean géneros de videojuegos en las cinemáticas, y entra en duda qué tanto se puede modificar la jugabilidad de este título. ¿Lo mejor? ¡La pelea con snipers!.

La gente de Hammer95 Studios pensó en toda la experiencia completa, por lo que también agregó un unboxing de una edición física del juego, dentro del mismo título, para demostrar a las nuevas generaciones cómo eran esas preciadas cajas de plástico y su contenido tan valorado por los “viejitos”.

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Al finalizar la campaña inmediatamente entramos en el modo “infinito” que nos propone la empresa, que permite subir pisos sin detenernos y reseteando las mejoras y armas cada 10 de ellos, hasta donde nos dé la paciencia, en una dificultad normal. Si bien puede sonar entretenido este modo “endless”, al no tener las cinemáticas hollywoodenses que la campaña, vamos a tirar la toalla.

Mullet Mad Jack es una parodia en sí misma, pero tan bien hecha, que entretiene. El núcleo de este juego es el humor, la velocidad y lo sangriento. Un núcleo que lo explota a la perfección, con recompensas y frustraciones de por medio, pero principalmente con un balance perfecto entre ambas, para no desgastarnos.